Los filósofos ante Cristo

No es frecuente que un catedrático de filosofía de una Universidad, pública, es decir, del Estado, en España, se dedique a publicar libros en los que en el título aparezca la palabra Cristo. Pues hete aquí que Enrique Bonete, titular de la cátedra de filosofía moral de la Universidad de Salamanca, nos acaba de sorprender con un libro titulado “Filósofos ante Cristo”, editado por Tecnos, que bien merece la lectura atenta.

Enrique Bonete, miembro destacado del Camino Neocatecumenal, es, además de un discípulo aventajado del profesor José María Gómez Heras, especialista en ética desde su tesis doctoral sobre el pensamiento de Aranguren, con quien trabajó de cerca en sus años jóvenes. En los últimos años, el profesor Bonete se ha dedicado a la tanatoética, o reflexión ética sobre el momento de la muerte o sobre las circunstancias y lo referido a la muerte en nuestra sociedad.

Quizá por eso se haya adentrado ahora en recopilar lo que los filósofos, mayoritariamente no cristianos, han escrito sobre Cristo. Y lo ha hecho a partir de la respuesta a la pregunta evangélica: “Y, vosotros, ¿quién decís que soy yo?” .

Tres son las cuestiones sobre las que articula esta búsqueda, y captura, de textos sobre cristo: el problema de la verdad, el problema del bien, y el problema de la muerte. Tres aspectos de la filosofía, de cualquier sistema de pensamiento, que aborda desde una perspectiva influida por el tamiz de Kant, a quien no se puede dejar al margen ni de la pregunta por Cristo ni de la reflexión ética en la época contemporánea.

No se trata, con este libro, ni de bautizar la filosofía, ni de filosofar a Cristo y sobre Cristo. De lo que se trata más bien es de levantar acta de lo que Spinoza, Fichte, Schleiermacher, Hegel, Kierkeegard, Zubiri, Henry, Girard, Vattimo, Trías, Hobbes, Locke, Rousseau, Schopenhauer, Kant, Mill, Nietzsche, Santayana, Scheller, Pascal, Holbach, Feuerbach, Jaspers, Zambrano, Bloch, Swinburne o Nozick, entre otros, ha escrito sobre Cristo.

Sin lugar a dudas este libro es un ejercicio empeñado en mostrar la razonabilidad del cristianismo. Como dice su autor en la larga introducción, “no es una exageración afirmar que lo que nos constituye como personas radica, en esencia, en que somos sujetos racionales, impulsados a buscar la verdad (¿qué puedo saber?), a realizar el bien desde la libertad (¿qué debo hacer?), y a perseguir aquello que el corazón anhela: el sentido del tiempo y del morir ¡qué me cabe esperar?). Todo ello es posible mantenerlo con convicción razonable porque, según lo revelado por Dios, que la inteligencia filosófica puede revisar y aceptar sin violación de sus cualidades y potencialidades, Jesucristo puede ser contemplado como la Verdad última (Metafísica), el Camino del amor (Ética), y la plenitud de la Vida, de la Esperanza (Filosofía de la historia y Filosofía de la religión)”.  

 
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