Extrapola pederastas, que algo queda

Ángel Gabilondo, Defensor del Pueblo, en la rueda de prensa sobre el informe de abusos en la Iglesia.
Ángel Gabilondo, Defensor del Pueblo, en la rueda de prensa.

Antes de entrar a hacer extrapolaciones, les contaré lo que ocurrió el viernes pasado en la rueda de prensa del presidente Sánchez en Bruselas.

Se reunió con los periodistas y, como viene siendo habitual, sólo aceptó tres preguntas. Hechas las tres preguntas, él mismo, el mismísimo, dijo, “¿Y no me van a hacer una pregunta sobre la pederastia?”. Entonces lanzó la soflama de todos conocida.

Segundo escenario. Los de Podemos llevan varios meses diciendo que hay que acabar con el sistema de los colegios concertados y con la financiación de la Iglesia Católica.

La encuesta del Defensor del Pueblo ha dado pie a que, de nuevo, por boca de Ione Belarra, diga ahora que “para garantizar todos los derechos de la Infancia, para vivir una vida sin violencia sexual” los centros educativos religiosos deben pasar a formar parte de la red pública.   

Vayamos al Informe del Defensor del Pueblo. No me creo que Gabilondo no fuera consciente de que si incluía una encuesta, -hecha, vaya tú por dónde por Narciso Michavila y los suyos-, al final, ni Informe, ni nada. Encuesta y sólo encuesta.

Da la impresión de que quiso satisfacer a todo el mundo. También a los que pedían cientos de miles de víctimas. Algo así como dar la posibilidad de que todo el mundo quedara satisfecho.

Lo mismo el diario “El País”, que la CONFER, que ha emitido un comunicado diciendo que “la CONFER agradece el trabajo realizado por el Defensor del Pueblo y estudiará las propuestas que ofrece en su informe sobre abusos sexuales dentro de la Iglesia”. ¿También la encuesta?  

Tengo que confesarles que he dedicado bastantes horas de un sábado de otros menesteres a leer el Informe. En varias ocasiones pensé que más que un Informe era una caja de Pandora donde cabía todo. Quizá porque la finalidad era hacer algo en lo que cupiera todo y de todo.

Pero sigamos con la estrategia de dar gusto a todos. No era muy difícil pensar que si se hacía una encuesta, los resultados serían los que han sido. Lo grave es que estamos hablando de delitos civil –con prescripción- y canónico –con menos o nula prescripción-. Por lo tanto, hay 439.000 españoles que no han denunciado un delito cometido por un sacerdote o religioso.

 

Y si vamos al número general, el 11,7% de los españoles dicen que han sufrido abusos sexuales en la infancia o adolescencia. Es decir, un español y medio de las diez últimas personas que ustedes se ha encontrado por la calle han sido abusada sexualmente. 4.500.000 españoles abusados sexualmente en la infancia que no han denunciado haber sido víctimas de un delito. Si no hubiera prescrito estos delitos civilmente, y lo denunciaran, y pidieran indemnizaciones, se colapsaría el sistema.

Para hacer extrapolaciones, que no quería hacer Gabilondo, están los chicos de “El País”, que siempre han querido ser el Boston Globe, preparados para extrapolar datos del 0,6% -abusados por sacerdotes y religiosos- con un error muestral de 1,1%. Es decir, que cabe la posibilidad de que sea un resultado sin validez.

Pero la extrapolación está hecha y lo que se pretende es que se pueda publicar que España, la Iglesia en España, se pone a la cabeza de los números de los pederastas, 1,13%, 440.000, ni uno más, ni uno menos. No voy a decir cuántos sacerdotes españoles tenían que haber sido, o son,  abusadores. Absurdo.

Hablando de extrapolaciones. El 1,13% de los españoles han sido abusados en ámbitos religiosos, 440.000; el 0,6% por sacerdotes o religiosos, 230.000. Lo que quiere decir que apunta a que los no-sacerdotes ni religiosos que trabajan, o han trabajado, para la Iglesia, es decir, lo laicos que trabajan para la Iglesia, profesores se entiende, tienen un alta una valencia de abusadores. Vaya ojo con la elección de los laicos comprometidos que trabajan en ámbitos religiosos.         

Sigamos. A la pregunta del lugar en el que se produjeron los abusos, al margen de la barbaridad de la cifras referidas al domicilio familiar, o al domicilio del abusador, el 7,5% en el establecimiento escolar, el 4,4% en establecimiento escolar religiosos, el 3% en establecimientos deportivos, el 2,2% establecimientos religiosos.

Señora Belarra, ¿pero no se da cuenta que en los colegios de la red pública se abusa casi el doble que en los religiosos? ¿Cómo va a integrar así la red concertada en la pública? Además se abusa más en las instalaciones deportivas que en las parroquias. 

Podría seguir, pero para qué. Ya sabemos que el dicho es ahora: Extrapola pederastas, que algo queda…

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