La entrevista a monseñor Joseba Segura

Joseba Segura.
Joseba Segura.

Hay que escuchar, y también ver, por eso de determinados gestos que hace incluso con los ojos, la entrevista que en COPE, -entiendo que en COPE del País Vasco-, le hicieron hace unos días al obispo de Bilbao, monseñor Joseba Segura. Que antes que “fraile fue camionero”, por cierto, según dijo.

No hace falta que diga, como introducción, que Joseba Segura es uno de los obispos emergentes y no sólo en España y para España. 

Hay quien le catapultaba recientemente a la cúpula de la Conferencia Episcopal incluso. Tiempo al tiempo, que todo llega.

Lo que es indiscutible es que actúa y habla con una destacable independencia de criterio, que rompe con determinados moldes o imágenes que uno se pueda hacer de su perfil. Independencia que puede provocar sorpresa.

Esto también lo digo por los que se empeñan en construir modelos episcopales dicotómicos. La realidad siempre es más grande que nuestras expectativas.

A lo que vamos, en una entrevista que, en principio, versaba sobre la Semana Santa y la religiosidad popular -3.000 cofrades en Bilbao-, dijo al final que “las zonas más euskaldunes son las más secularizadas en este momento”. Análisis hecho a partir de “muchos datos que lo confirman y de maneras muy diferentes”.

Se ha pasado en Euskadi de lo que significaba “euskaldun- fededun” (expresión que vendría a identificar ser vasco con ser religioso) a que “la gente que hoy tiene un sentimiento nacionalista más fuerte es quizá la que se siente más distante de la Iglesia”. “El sustrato religioso está muy débil” y que “no hay motivos para pensar que habrá un cambio de tendencia”. Monseñor Segura aseveró que “vamos a tener una Iglesia quizá más pequeña, pero relativamente fuerte en zonas como Bilbao y Getxo”.

Atentos a este segundo nivel descriptivo argumental de sus declaraciones: “El presupuesto de todas las parroquias de Vizcaya es menor que el presupuesto de Cáritas” y “el presupuesto de todas las parroquias de Vizcaya está en una proporción de 1 a 9 respecto al presupuesto de las escuelas de la diócesis de Bilbao, de los centros educativos. 9 centros educativos, 1 parroquias”. “Hay una desproporción entre la presencia pública que tienen las obras social y en educación y la dimensión religiosa del trabajo eclesial”, reflexionó para concluir que “la dimensión religiosa es débil, pero la presencia institucional todavía es muy fuerte”.

Si la dimensión social del cristianismo tiene ya más presupuesto que la sacramental-catequética- litúrgica, ustedes mismos saquen las consecuencias.

 

Dijo también, quizá evocando el pensamiento de Joseph Ratzinger al fondo, que el futuro tendrán que ser comunidades “pequeñas más identificadas intentando ser sal y luz”. 

Entiendo que monseñor Segura ha hecho no sólo la radiografía y el diagnóstico sino que ha reflexionado sobre las causas y los procesos subsiguientes.

No seré yo quien ahora escriba, entre otros aspectos, sobre el nacionalismo como religión política de sustitución. Pero hay que agradecer, al menos, que se reconozcan determinados síntomas. Otra cuestión será la de elaborar la adecuada respuesta o propuesta. 

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