La elección está hecha

Sostiene el Papa el valor de las periferias. No hay más que leer sus declaraciones en la entrevista al director de la Civiltà Cattolica y su intervención reciente con los Superiores Mayores. El olvido de Estados Unidos y de no pocos de los centros de Europa es considerable, aunque está presente el mundo anglosajón con el arzobispo de Westminster.

Este papado presenta una perspectiva de la Iglesia nada eurocéntrica. Y ahí tenemos la decisión de traerse al Colegio cardenalicio a los arzobispo de sedes que pudieran ser consideradas, en la estrategia de lo geoglobal, periféricas. Ofrece un criterio curioso al señalar a arzobispos que no han sido protagonistas de las primeras páginas de los medios. En Italia, por ejemplo, el arzobispo de Perugia-Città della Pieve (Italia) o el arzobispo de Cotabato (Filipinas).

Destaca la amplia representación de arzobispo de Iberoamérica, con algunas peculiaridades como es la ausencia de Méjico. Es también un consistorio simbólico, de ahí el nombramiento al que fuera secretario de Juan XXIII.

Y España, ¿qué pasa con España? La decisión de nombrar a monseñor Fernando Sebastián cardenal de la Iglesia es una decisión que, por una parte, da por finalizada una asignatura pendiente de la historia reciente de la Iglesia en España. Don Fernando ha representado una evolución en el pensamiento teológico y en la “forma mentis” eclesial que ha contribuido decisivamente al bien de la Iglesia y de la sociedad española.

La aportación del nuevo cardenal español a las relaciones entre la Iglesia y la sociedad, en las grandes temáticas, ha marcado las orientaciones básicas de no pocos de los documentos de la Conferencia Episcopal en la historia reciente. No olvidemos, por ejemplo, el texto de Don Fernando como epílogo al libro “La Iglesia frente al terrorismo de ETA”, que marcó un antes y un después en esta materia. O el trabajo en silencio de don Fernando en la clarificación teológica, y en la pacificación de las aguas en estos ámbitos.

Monseñor Sebastián es también es religioso, y sus trabajos en la teología de la Vida Religiosa han sido muy leídos en América. Esta decisión del Papa, además, ratifica la relación de confianza, y de confidencias, que don Fernando tiene con Francisco y que algunos apuntan como clave para el futuro mapa de la Iglesia en España. Ya se ve que el Papa no tiene prisa por entrar en España, ni por señalar a ningún candidato no emérito.

Bonita la nota del actual arzobispo de Pamplona, monseñor Francisco Pérez, en con motivo de la decisión del Papa. Dice en uno de sus párrafos: “Aún recuerdo el día que yo comencé el servicio episcopal en la Diócesis, le dije a D. Fernando que se retiraba como obispo emérito: «Ni tú te vas, ni yo me quedo, Jesucristo es el único que permanece y nos conduce»”.

Pues eso, la Iglesia del Papa Francisco.

José Francisco Serrano Oceja

 


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