Lo que da de sí Santa Teresa

No es mala compañía la de Santa Teresa de Jesús en estos tiempos de tribulación, en los que no hay que hacer mudanza, según se nos enseñaba en la espiritualidad clásica. Ya lo decía la santa castellana a su hermano Lorenzo, en carta del 2 de enero de 1577: “Hemos de servir a Dios como él quiere y no como nosotros queremos”. 

Durante estos días pasados se han celebrado dos Congresos Internacionales sobre la mística andariega que no deben pasar inadvertidos. Las paradojas de la historia: Uno de ellos, organizado por la llamada Universidad de la Mística, de los Carmelitas, en Ávila, sobre las “Cartas y los Escritos breves”. Aparentemente muy especializado, o que tiene el pensamiento de la santa es que se le entiende todo.

Y el otro, organizado por la Universidad Católica de Ávila en la localidad alemana de Eichstaett-Ingolstadt, que tiene una magnífica Universidad Católica, en perspectiva del Congreso Interuniversitario “Santa Teresa de Jesús, Maestra de vida”, que se prepara junto con la Universidad Católica de Valencia, las Universidades CEU San Pablo, Abat Oliba y Cardenal Herrera, Universidad Francisco de Vitoria, y la Universidad San Jorge. Vamos, que Santa Teresa da para muchas lecciones magistrales. 

Por el Congreso de Ávila, el de la Universidad de la Mística, han pasado destacados especialistas en la vida, el pensamiento y los textos de Teresa de Jesús. Por ejemplo, Maximiliano Herráiz que se preguntó al inicio de su conferencia ¿Qué cosa es tener vida espiritual y de oración? 

Respondió así parafraseando a Santa Teresa: “La vida espiritual cristiana es conformarse a Jesús, haciéndose esclavo y servidor de todos. La oración, según nos define Teresa desde el principio, es tratar de amistad con quien sabemos nos ama;  para que sea verdadero el amor y que dure la amistad hanse de encontrar las condiciones”, que la nuestra sensual egocéntrica se haga a la condición de Dios, amorosa. O, como escribe después en Camino,  “oración mental… es conocer estas verdades [quién es Dios, quién soy yo] y estudiar cómo haré que conforme con la suya”. Porque, la amistad es una relación estable, en el amor, con otra persona, Dios, “de quien nos sabemos amados”.  

El espíritu de Santa Teresa bien se puede convertir en coplilla para nuestros días. Recitó en el Congreso de Ávila Asunción Valgañón, en versos de caminante: “¿Vas a permitir Teresa / en tu quinto centenario / que España sea un calvario / y de los corruptos presa? - Acude al Omnipotente, / pide pan para la gente / que se apiade del herido / de los que sufren el paro / del corazón más perdido / del que gime, del que llora / de quien ya no ve la aurora / porque en la noche se esconde. / ¿Por qué roba el hombre al hombre? / ¿Por qué esta lucha no cesa?”.

José Francisco Serrano Oceja


 
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