El Congreso celebrado en Córdoba

Congreso mozárabe.
Congreso mozárabe.

Por lo que me cuentan se ha celebrado en Córdoba un interesante Congreso sobre los mozárabes. De lo que allí se dijo solo tengo información cierta de la ponencia del catedrático Rafael Sánchez Saus, uno de los líderes del catolicismo social española actual, a la sazón director del Congreso Católicos y Vida Pública.

Su ponencia se tituló desde conceptos hoy en boga: “Los mártires mozárabes. Modelos femeninos de heroísmo y santidad bajo dominio islámico”.

Por cierto me han contado que estuvo por el Congreso el arzobispo emérito de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, en perfectas facultades. No en vano don Braulio es uno de los restauradores de la liturgia mozárabe en España.

No está mal el arranque de la intervención del profesor Sánchez Saus: “Entre el 851 y el 859, insertas en el movimiento martirial cordobés, encontramos a diez mujeres: Flora, María, Natalia, Liliosa, Digna, Benilde, Columba, Pomposa, Áurea, y Leocricia. Es imposible hallar un grupo femenino tan numeroso y de tanta significación en cualquier otro lugar en esos tiempos o por cualquier otra circunstancia. La primera pregunta que cabría hacerse es cómo puede ser tan poco conocido y puede estar tan desatendido de estudios un conjunto de mujeres de tanto valor histórico en unos años como los nuestros, en que proliferan las obras de todo signo y condición sobre la mujer. Dejemos en el aire, no obstante, esa pregunta que puede entenderse maliciosamente, y vayamos a lo principal: ¿quiénes eran estas mujeres? ¿qué podemos saber de ellas?”.

Pues bien, entre esas mujeres las hubo de todas las edades, desde muy jóvenes –como Flora, María o Leocricia-, a una anciana, Benilde; monjas como María, Digna o Columba, casadas como Natalia o Liliosa y otras solteras, de posición más o menos acomodada y, sobre todo, lo que es más llamativo, y quizá lo que más ha llamado la atención de los estudiosos, tanto de origen familiar cristiano como conversas al cristianismo o criptocristianas desde la niñez al haber nacido en familias mixtas cuya prole debía ser obligatoriamente islamita por prescripción legal.

No voy a reproducir aquí la historia de estas mártires. Desconocida pare le gran público, no sé por qué silenciada incluso. Apasionante, sin duda. Lo que no dudo es que sería de interés poder extraer las consecuencias de todo lo que se dijo en la ponencia sobre la religiosidad mozárabe y sobre unos episodios martiriales ahora denostados por una reciente historiografía.

Ponencias, como la que comentamos, nos permiten conocer la espiritualidad específicamente femenina en aquellos tiempos, tanto entre mujeres laicas como en monjas, y la diferencia entre la cultura cristiana, hispanovisigótica, y la islámica.

Convendría que, a la hora de interpretar algunos fenómenos de la historia presente, miráramos un poco más al pasado.

 
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