El cardenal Cañizares o el eje mediterráneo

Todo comenzó en Valencia con la enseñanza concertada. En la Iglesia española con más colegios de titularidad diocesana, el Gobierno de la Generalidad Valenciana, en manos de Compromís y el PSOE, anunció un recorte de líneas y de fondos a este modelo de enseñanza. Luego vino el aviso de cerrojazo, por la vía de las prácticas a los alumnos, de las Facultades de Medicina de las Universidades privadas, católicas y de inspiración cristiana.

Mensaje para navegantes sobre lo que puede pasar en España si gobierna el PSOE con Unidos Podemos y demás familia.

Luego vino la homilía del cardenal Cañizares, sacada de contexto y criticada sin matices, por eso de que en cuestiones de “género” hay que distinguir entre ideología de género, perspectiva de género y aplicaciones varias, entre otras.

La entente política se lanzó a reprobar políticamente al arzobispo y promulgó una especie de sentencia de muerte civil del clero, como en tiempos pasados. Hubo incluso quien lanzó auténtica injurias y calumnias, estudiadas posteriormente en su caso por expertos juristas, sobre la vida de don Antonio Cañizares. 

Mientras, el cardenal Antonio Cañizares, que es miembro del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal, tendía puentes con los responsables públicos y les enviaba cartas, dispuesto siempre al diálogo.

Los políticos valencianos no recuerdan ya el debate público que en Ávila tuvo a dos protagonistas de la entonces actualidad española: el cardenal Cañizares y José Luis Rodríguez Zapatero, quien está lamentando, y mucho, lo que sus correligionarios hacen en Valencia con el cardenal.

A este protagonismo no buscado de monseñor Cañizares se pueden sumar algunos datos más que están haciendo sufrir el corazón de padre y pastor de este arzobispo. Un hombre que, si por algo se caracteriza, es por defender los derechos, no solo de la Iglesia, también de los cristianos y los ciudadanos.

Hay quien dice que se está creando un eje del mediterráneo de nítida defensa de la doctrina, y la praxis, de la Iglesia frente a las tropelías legislativas y políticas de la izquierda radical en el mediterráneo. Las leyes regionales que se derivan de la ideología de “género”, –que comenzaron por cierto en la Galicia del PP-, y que están inundando el mapa español, se están topando con  la palabra pública de los obispos de Valencia y Murcia.

Quizá no se pueda hacer más; quizá sea la hora de crecer desde dentro; quizá, ante la política de los partidos radicales de izquierdas que afectan directamente a la Iglesia, haya que decir las cosas claras y tener la inteligencia, como diría el poeta, del nombre y al declaración adecuada para cada momento. Quizá la respuesta dependa de la balanza del haber o el debe, es decir, la conciencia y la coherencia. Y esto es lo que se dice estos días cuando la gente habla del cardenal Cañizares.

 

Solo he resumido algunas conversaciones últimas… 

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