Los canonistas del Papa

Hay quien pudiera pensar que el Derecho Canónico es el reducto de las esencias de esas dimensiones de la Iglesia que ahora no cotizan. Y que la Academia, es decir, las Facultades de Derecho Canónico, es el último bastión de la reforma. Al fin y la cabo, la reforma en la Iglesia debe pasar por la reforma del espíritu y la letra en los textos normativos. Véase el proceso de la Curia Vaticana. Pues no es así, al menos, en este caso.

Celebración de San Raimundo de Peñafort en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Dos invitados de lujo, y la presidencia del arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro. Primer invitado, monseñor Pio Vito Pinto, Decano de la Rota Romana. Segundo, Carlos Lesmes, Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial. Fiesta por todo lo alto.

Monseñor Pio Vito Pinto, con una larga trayectoria en el ámbito de la práctica y la docencia canónica, dejó las cosa claras, para que nadie se lleve a engaño. Tesis de fondo y de forma a modo de titulares que podrían ir entrecomillados, que reproduzco de mis rápidas notas a vuela pluma de una conferencia, glosa de la abundancia del corazón más que texto leído. Titulares sueltos, desordenados, en mosaico, como si estuvieran entresacados de los periódicos de estos dos años de pontificado, y que fueron pronunciados en San Dámaso.

A saber: Existe una continuidad entre el Pontificado de Benedicto XVI y del Papa Francisco. Francisco depende de la Historia de la Iglesia y la historia de la Iglesia ahora es Francisco. Francisco debe ser acompañado por los obispos, porque Francisco ha devuelto a los obispos el ejercicio de la plena caridad teologal y de la justicia. El Papa Francisco no ama el juridicismo porque ama la justicia. No ha habido Papa que en tan poco tiempo haya hablado tanto de la justicia.

Seguimos con las frases sueltas, que son algo más que frases y conceptos, quizá los artículos de espíritu de un pontificado: La función del Ius ha sido ahora introducida en la dimensión de la caridad teologal de la Iglesia. Vivimos tiempos apasionantes en el que la palabra clave es desafío. El desafío de dar una adecuada respuesta a la cuestión de la comunión a los divorciados y vueltos a casar. Puede sonar a escándalo el que los divorciados y vueltos a casar están en el centro. Quien puso a los pobres en el centro fue Jesús, los divorciados, cientos de miles en nuestro tiempo. En el pasado Sínodo, la libertad de expresión ha sido máxima por voluntad del Papa. El Papa Francisco no necesita el aplauso sino la obediencia. La Iglesia tiene que celebrar procesos rápidos, no es ésta una música inventada por el Papa Francisco sino por Pablo VI. El fruto del Concilio es la idea de la colegialidad episcopal in corpore suo. Francisco, en dos años, ha escrito una carta no escrita sobre la caridad teologal de la Iglesia en sede episcopal. Viva la Rota de Madrid…

He ahí el cuerpo, corpus, canónico del Papa Francisco, la justicia, no el juridicismo. Los canonistas del Papa Francisco.

Le llegó el turno a Carlos Lesmes, que se ciñó a leer un interesante texto sobre ética en la profesión jurídica. Pero esta es otra historia para otro momento…

 
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