Atentos en España a la investigación suiza de los abusos

Monika Dommann (izquierda) y Marietta Meier, profesoras del Departamento de Historia de la Universidad de Zúrich.
Monika Dommann (izquierda) y Marietta Meier, profesoras del Departamento de Historia de la Universidad de Zúrich.

Faltan pocas semanas, incluso días, para que se presente en la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal la auditoría realizada por el despacho Cremades&Calvo-Sotelo sobre la pederastia clerical en España.

Habrá que esperar por tanto a la presentación pública para despejar no pocas de las incógnitas no sólo sobre este fenómeno que focaliza gran parte de la atención pública sobre la Iglesia.

Esperemos poder aclarar también lo relativo a la propia investigación, su autoría, su método, sus contradicciones, si las hubiera. Da la impresión de que la auditoría, por sí misma, se ha convertido en un caso periodístico.

De momento, fijémonos en lo que acaba de ocurrir en Suiza. Lo primero que hay que decir es que el Informe está colgado íntegramente en la red.

Lo segundo es que fue encargado por la Conferencia Episcopal Suiza, junto con otras instituciones de Iglesia, y dirigido por dos historiadoras de la Universidad de Zúrich, da la Prof. Dr. Monika Dommann y la Prof. Dr. Marietta Meier.

A grandes rasgos, según síntesis de lo que dice la prensa y por lo tanto lo que ha quedado en la opinión pública, el estudio ha revelado más de 1.000 casos desde 1950, incluyendo acusaciones contra 510 personas.

Salvo contadas excepciones, los acusados eran varones. Más de la mitad de las víctimas eran hombres o niños, y tres cuartas partes de los documentos mostraban que los abusos sexuales implicaban a menores.

La mayoría de los casos se produjeron durante la atención pastoral y alrededor del 30% en lugares como escuelas, hogares e internados. Los investigadores descubrieron que muchos casos fueron “ocultados, encubiertos o minimizados”.

Por lo que he leído, el informe ha costado millón y medio de francos suizos. No sé si habían firmado un contrato pro-bono.

 

En paralelo, el Vaticano, al tener conocimiento de los resultados del informe, ha nombrado al obispo suizo Joseph Bonnemain para dirigir una investigación sobre la responsabilidad de los obispos.

De resultas de la investigación, uno de los obispos suizos más interesantes, y jóvenes,  Charles Morerod, obispo de Lausana, Ginebra y Friburgo está acusado, junto con Jean-Marie Lovey, actual obispo de Sion, de no intervenir, ni hacer un seguimiento de los presuntos casos de abusos. Ambos no descartan dimitir.

El miércoles, Morerod fue trasladado al hospital para ser operado de la cabeza. Parece ser que la operación se debe a una caída en bicicleta de hace días.

Jacques Nuoffer, presidente del grupo suizo de apoyo a las víctimas SAPEC, lamentó que la estructura de la Iglesia "”plantee un problema y ralentice todo”.

No quisiera hacer comparaciones, ni adelantar conclusiones sobre lo que puede pasar en España.

¿Se imaginan ustedes que, una vez que el Vaticano ya tiene la auditoría, nombre a algún obispo español para investigar a uno o varios de sus hermanos?

Incluso se me ocurre algún nombre…

PD: Se me olvidaba. Esta semana hemos sabido que monseñor Aupetit, que fuera arzobispo de París, es inocente. Lo ha dicho la Fiscalía de París a la que se le encargó la investigación. Recordemos lo que comentó el Papa en el vuelo de regreso del Viaje a Grecia y Chipre. Bueno, no. La historia, al final, se resuleve en que Aupetit presentó su renuncia y se marchó. No es el primer caso. Ni, por desgracia, el último.

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