El apoyo de los obispos al rey

La abdicación del Rey Don Juan Carlos ha sorprendido también entre los muros de los palacios episcopales. No hace tanto tiempo el Papa Francisco preguntaba a varios de los grupos de obispos españoles por el rey don Juan Carlos, y les pedía oraciones, y algo más que oraciones. Sí, ocurrió en la visita Ad limina.

Han sido muchos los obispos que, durante estos días, han hecho públicas diversas notas o comunicados, o declaraciones a los medios de comunicación, en un sentido nítido y unánime de agradecimiento al Rey por su servicio a los españoles. 

El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal emitió una escueta nota oficial de urgencia, sin referencias a textos que, abundantemente, pertenecen a su patrimonio sobre el valor singular que la Monarquía, en la persona de don Juan Carlos, ha tenido y tiene para la Iglesia. Quizá ocurrió por el hecho de que la Nota transitara por la columna vertebral del catolicismo.  

En este sentido, no es fácil olvidar el discurso que el cardenal Rouco Varela, entonces Presidente de la Conferencia, pronunciara en la visita de los Reyes a la sede de Añastro con motivo del XXV Aniversario de la renuncia al privilegio de presentación, el 20 de noviembre de 2001.

Decía el cardenal Rouco: “Con vuestra actitud personal y la de la Familia Real habéis mantenido la tradición católica de la Monarquía española. Y lo habéis sabido hacer con fina sensibilidad tanto en la vida privada como en la pública, con la normal y sencilla asiduidad de cualquier familia católica española: sin alardes, pero también sin ocultamientos. Con cuidadoso respeto a la libertad religiosa de los ciudadanos y a la no confesionalidad del Estado. Este mismo respeto os ha guiado también cuando habéis reconocido y honrado con vuestra presencia, los momentos más solemnes de la vida de la Iglesia en España de estos últimos veinticinco años”.

No hay que olvidar que el rey don Juan Carlos fue el rey que renunció al derecho de presentación de los obispos y que ha sido el rey bajo el que han estado vigentes los Acuerdos entre la Iglesia y el Estado. Una cuestión clave que, sin duda, aparecerá en la agenda del nuevo monarca.

La pregunta que no pocos se hacen cabe los muros episcopales es si se celebrará una misa de Acción de Gracias y de inicio del Reinado de Felipe VI. La historia está ahí y el peso en la memoria de la misa presidida por el cardenal Vicente Enrique y Tarancón es demasiado potente. Una misa que, si bien es cierto se celebró en un contexto no equiparable, fue referente de lo que la Iglesia entendía debía ser el reinado de don Juan Carlos.

La formación del hoy príncipe Felipe es, sin duda, una excelente garantía para que este fino hilo de historia y de conformación institucional en y de España no se rompa. Don Felipe tendrá, como no podía ser menos, todo el apoyo de la Iglesia, de sus obispos. Aunque es cierto que comunidades de base cristianas clamen, como hemos podido ver estos días, por otros derroteros. 

José Francisco Serrano Oceja

 


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