Quo vadis PP?

Las declaraciones públicas del Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, y de no pocos líderes del PP, insistiendo que el fallo del Tribunal Constitucional era el punto y final de la cuestión, han hecho que el crédito del gobierno de Rajoy haya caído, cabe de los muros vaticanos, más bajo que el valor del bono basura, por usar un concepto de moda. La maquinaria ya ha empezado a funcionar, con lo que le embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga, va a tener más trabajo durante un temporada.

¿Para qué está la mayoría absoluta del gobierno, se preguntan no pocos? Un gobierno que, en su circunstancia, recurrió a la inconstitucionalidad como recurso procedimental, ahora mira para otro lado respecto a la cuestión en sí, respeto a la materia de lo que se consideraba como insconstitucional. ¿Acaso es hora de olvidarse de esta cuestión, no vaya a ser que los encargados de escrutar las encuestas y tendencias de la sociedad se enfaden?

El segundo punto de colisión es el anteproyecto de Ley orgánica de mejora de la calidad de la educación, que olvida, incomprensiblemente, la asignatura de religión. La sorprendente displicencia con la que los responsables del ministerio están respondiendo a esta cuestión, la actitud irreflexiva que mantienen cuando se sientan con los interlocutores de la Conferencia Episcopal, está sembrando el camino de pequeñas piedras, que se pueden convertir en muros contra los que dar cabezazos. ¿Acaso el PP ha olvidado que este tema estaba resuelto en la LOCE, ley de un gobierno del PP, que no llegó a entrar en vigor? ¿Acaso, de nuevo, no quieren enfrentarse a los augures de la demoscopia?

Hablando del mercado y de la política de opinión. La cuestión, que daría para otro artículo, es si uno de los dos pulmones del PP ha comenzado a fallar. Nadie negará los esfuerzos de Rajoy por la salvación económica de España. ¿Qué pasará el día después? ¿Acaso no parece que se gobierna sólo para la economía y que se están olvidando los otros territorios de la realidad social, y moral, que conforman a una sociedad: inserción de etarras, unidad de España, matrimonio y vida, educación? ¿La sociedad que vote, cuando se hayan solventado los problemas económicos, lo hará para agradecer que se hayan resuelto esos problemas, o tendrán su conciencia en otros valores? ¿Habrá que fiar el futuro a la desmantelación del PSOE? ¿Recordarán en el PP la relación entre la política y lo político (C. Lefort); o entre la política y lo pre-político (Julián Marías, por ejemplo)?

Quo vadis PP?

José Francisco Serrano Ocejajfsoc@ono.com

 
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