Políticas para el largo plazo

La Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico tiene la suerte, además, de contra con un Rector de lujo, el profesor Jorge Iván Velez-Arocho, un líder acreditado del catolicismo seglar en Centroamérica.

Se podría decir que la experiencia de los Congresos Católicos y Vida Pública, que tuvieron sus primeras ediciones internacionales en Chile y que posteriormente se han celebrado en Panamá, ha llegado al Caribe en la forma en que este centro universitario ha querido organizar una de las actividades para la Misión Continental, convocada por los obispos del CELAM, en el Año de la fe.

De entre los ponentes en este Congreso, se encontraba la Directora General de Servicios para la Familia y la infancia, del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, del Gobierno de España, Salomé Adroher Biosca. En su currículum destaca el haber sido la decana de Derecho de la Universidad Pontificia de Comillas, y directora del Instituto de la Familia de esa Universidad. Representa, por tanto, un perfil de profesional cualificada que presta un servicio temporal al gobierno.

En un momento en el que la imagen de los políticos, y la política, está en horas bajas, personas como la profesora Adroher Biosca contribuyen a dignificar el noble ejercicio del servicio al bien común. A la profesora Adroher le acompañaron como ponentes dos catedráticos de la Universidad Complutense, la profesora Carmen Labrador, de la Facultad de Pedagogía, y el filósofo Graciano González Rodríguez.

La intervención de la Directora General de Servicios para la familia y La Infancia, del Ministerio de Sanidad, se articuló en torno a un concepto integral de familia, en diálogo con las recientes investigaciones sociológicas sobre la situación de la Familia en España. La percepción generalizada es que el diseño de las políticas de familia del Gobierno del Parido Popular debe dejar el plano de lo oculto para pasar a ocupar un protagonismo en la Agenda Pública.

Lo que se está trabajando en este Ministerio, por parte de los técnicos, y que supondrá un giro respecto a la orientación de los planes sobre infancia y adolescencia de los gobiernos socialistas, debe alcanzar el protagonismo que merece. No se trata solo de una tarea de comunicación. Se trata del convencimiento, por parte de los responsables, de que la inversión y la orientación adecuada de las políticas de ayuda a la familia, a la Infancia y a la Juventud, es lo que, a largo plazo, incide la ciudadanía a través de la conformación de un sistema de valores.

Hay que esperar, por tanto, que la exigencia de lo urgente y los nubarrones de lo inmediato permitan que la sociedad española se encuentre con propuestas del Gobierno que favorezcan un cambio duradero. Familia, Educación y Cultura son tres ámbitos prioritarios.

José Francisco Serrano Ocejajfsoc@ono.com