Un Papa siempre es impresionante

Al menos, unos días para una catequesis sobre la Iglesia. Qué mejor oportunidad que ésta para una adecuada y certera catequesis sobre la naturaleza de la Iglesia, sobre su raíz y razón, sobre su fundamento, sobre su ser en la historia, sobre su dimensión espiritual y humana, humana y espiritual, sobre el ministerio de Pedro, cabeza de los Apóstoles, sobre el ministerio episcopal, sobre los sacramentos...

Observen con detenimiento los lectores las páginas web de la Conferencia Episcopal, de las Archidiócesis y de las diócesis españolas para percibir que la repetición de lugares comunes es el signo de nuestro tiempo. Y para palpar, con las extensiones de lo visual, que cuando la Iglesia quiere responder a los medios, lo hace, en gran medida, alimentando la dinámica de los medios y sin el menor atisbo de propuesta de otras temáticas, horizontes. Los no-temas sobre el Papa, la elección del Papa, la Iglesia, el cónclave, los cardenales, son también temas para la comprensión y el conocimiento.

Propongo, por tanto, aprovechar estos días con la lectura de dos libros que iniciaron el camino de modernización cultural del papado en la época contemporánea. Se trata de dos libros con un género común, la entrevista, que posteriormente adquirió carta de ciudadanía en el pontificado de Benedicto XVI y que, hasta ese momento, habían sido preciosos intentos de divulgación de los perfiles humanos intelectuales de los Papas interlocutores.

Una característica común de esa primera etapa fue la de que los autores de estas entrevistas –género tomado en sentido amplio- no eran periodistas, sino intelectuales de referencia, franceses, para más señas. Me refiero a los libros: "Diálogos con Pablo VI", de Jean Guitton, editado por Cristiandad en 1967, y con un magnífica traducción de José María Valverde; y el más conocido "¡No tengáis miedo!" de André Frossard en diálogo con Juan Pablo II, editado en 1982 por Plaza y Janés.

La biografía dialogada de Pablo VI tiene ahora singulares provocaciones. El capítulo cinco está dedicado a describir el Cónclave en el que fue elegido monseñor Montini. Y lo hace bellamente nuestro autor con una descripción de esa metamorfosis que significa el "Acepto" del cardenal electo. "Sobre el secreto del Cónclave no diré nada –escribe Guitton"-, no teniendo ninguna información. Pero se puede deducir; es una menara de hacer la historia que está sujeta a ser desmentida".

Y en el libro con Juan Pablo, André Frossard comienza su capítulo X, la pequeña parte dedicada a los Papas de la época contemporánea, con una afirmación que no debemos olvidar, y que bien sirve para nuestros días: "Un Papa es siempre impresionante". Pues sí, un Papa es siempre impresionante...

José Francisco Serrano Ocejajfsoc@ono.com

 
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