Pablo VI, ¿Pastor?

Que no se preocupen los lectores, el titular de este artículo debiera ir entre comillas, porque es una cita literal del título de la necrológica de Pablo VI que el filósofo Julián Marías, del que ahora se cumple el centenario de su nacimiento, escribió para el diario Ya.

            El próximo domingo 19 se celebrará la beatificación de Giovanni B. Montini. Julián Marías concluía su texto afirmando: “¿Fue realmente pastor Pablo VI? Intentó serlo denodadamente, hasta el sacrificio; pero no sé si se dio cuenta de cómo era el ganado que le había toado en suerte. Recuerdo los versos de Rubén Darío: “Fuera pastor de mil leones/ y de corderos a la vez”. Imagino al Papa que acaba de morir preguntándose día y noche de quién tenía que ser pastor. Pregunta tan parecida a la del escritor que se pregunta, ante la página en blanco, para quién escribe”.

            Par desentrañar, en un ejercicio fiel de memoria, la vida y el pensamiento de Pablo VI, don Mariano Fazio acaba de presentar su libro “Beato Pablo VI. Gobernar desde el dolor” (Rialp), que bien merece convertirse en una guía para esta semana. Son muchas las sugerencias de este perfil Biográfico, sobre todo las que se toman de los textos originales de Pablo VI.

Hay que destacar el minucioso manejo de don Mariano de la bibliografía italiana más reciente. En España no tenemos costumbre de estudios en profundidad de los Papas, y menos de Pablo VI, quizá por eso de que aún no parece que hayan cicatrizado las imágenes sangrantes que en la opinión pública española se tenían de este Papa.

Impresiona, entre otros muchos, la reproducción del párrafo que escribiera el Papa Montini durante el verano de 1963: “Me tengo que dar cuenta que esto es un Getsemaní, en el que debo permanecer todo lo que me queda de mi vida terrena: el sufrimiento de Cristo es mío… Quizá el sufrimiento –y Tú solo lo deberías conocer, oh Señor- valdrá más que la palabra, que la acción”.

En la “Breve historia de la Iglesia en España” (Planeta Testimonio), el que es máximo especialista patrio en Pablo VI, don Vicente Cárcel Ortí, apunta que “hay algo que nunca agradeceremos suficientemente los católicos españoles a Pablo VI:

-       él fue tenazmente el impulsor de la renovación conciliar de nuestra Iglesia;

-       el inspirador de la progresiva separación entre nuestra jerarquía y el Estado;

-       el renovador cuidadoso de los miembros que componían nuestro episcopado, no en una dirección política, sino pastoral”.

 

José Francisco Serrano Oceja


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