La Navidad de don Jesús Mateo

Don Jesús Mateo Fernández es un párroco de los de siempre; es un párroco de los que tienen las parroquias centradas, es decir, con el centro en el Tabernáculo y con un corazón de padre que late al ritmo de la celebración de la eucaristía y de la penitencia, el pan de la misericordia para los peregrinos, viatores, que dirían los clásicos.

Don Jesús Mateo, párroco de san Lorenzo en Valladolid, ha publicado “El Hijo que pudo elegir Madre”, un relato del sueño de Dios, de la vigilia del Misterio de la Redención. Guiado por los Evangelios de la Infancia, la narración de don Jesús tiene el sabor de las catequesis a los niños y a los jóvenes, a las familias. Tiene el sabor de esa experiencia parroquial que gana claridad, calidez y calidad con el paso del tiempo.

Don Jesús Mateo nos presenta a Karol, un ángel que vive con Dios en el cielo y que nos va acompañando en cada una de la estaciones de aquellos Misterios fundamentales de nuestra fe, desde aquella Anunciación hasta la huida a Egipto, anticipos del después de la Encarnación.

Don Jesús Mateos ha permitido que su alma de poeta se derrame por entre las páginas de la bella edición de su cuento, y nos ofrezca unas coplillas que, con sabor a villancico castellano recio, se nos cuelen por entre las junturas de nuestra alma, un portal de Belén desconchado. Le dice don Jesús Mateo al borrico de Belén, Lucero:

Días y noches camina

Del Rey Herodes huyendo,

Sabe que lleva un tesoro

En sus espaldas: el cielo

Al terminar “La huída”

 

El niño le tiró un beso.

La Virgen una caricia

San José, doble alimento.

Cumpliste con tu misión:

Ser borrico por completo.

Los tesoros de la tierra

Los llevaste a buen puerto.

Quiero ser toda mi vida

Un borrico, “Un lucero”

Sacrificado, sencillo,

Obediente, fiel y bueno.


Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato