Mary Land´s
Engordé hasta los 75 kg y ahí me quedé hace 25 años”. Por mucho que trabaje, haya trabajado y planifique trabajar, en esa singular empresa que es Infinito +1, no parece que vaya a engordar mucho más”. Lo que está claro es que la que no va a engordar es la cartera de su bolsillo. ¿O sí?
Anécdota, elevada a la categoría. Hace un par de cursos llegué a la Universidad Católica de Puerto Rico para impartir unas clases. En la cena de recepción a los profesores invitados, el Presidente de esa Universidad, Dr. Jorge Iván Vélez Arocho, y sus directivos, se pasaron la sobremesa hablando y preguntando sobre… Pablo Domínguez, después de que alguien les hubiera enviado de España la película “La Última cima”. ¿Me ocurrirá lo mismo en la próxima visita con la nueva película de Juan Manuel Cotelo?
El cine de Juan Manuel Cotelo solo puede ser de Juan Manuel Cotelo –vaya tautología. ¿O no?-. Él dice que ha trabajado “en programas informativos, concursos, musicales, humor, economía, teatro, dibujos animados… con productoras pequeñas y grandes, para canales masivos o selectos, en España y USA”, y que como actor “suelo estar entre “los buenos”, gracias a que los directores de casting no me han visto enfadado. Me has podido ver en muchas series españolas: “Siete Vidas”, “Policías”, “Compañeros”, “Periodistas”, “Café Express”, “Hospital Central”, “El Comisario”, “Aída”, “El Internado”, “Vida en Marte”…”.
Ya. Pero ahora se dedica a cuadrar el círculo en el cine contemporáneo, es decir, a hacernos pensar que Dios existe en la gramática cinematográfica. Si es verdad que asistimos a un “revival” de cine de contenido religioso, Juan Manuel Cotelo es un orfebre de ese cine. Una muestra, su Mary Land´s, que es la forma modernilla de decir tierra de María. Y el territorio de María es el corazón del hombre. Lo que ocurre es que hay tierras secas, resecas, pedregosas, y tierras frescas, que dan gusto.
La última película de Juan Manuel Cotelo, y de esa aventura de producción que es Infinito+, es una versión cinematográfica del pontificado del Papa Francisco. Porque de lo que va la peli es de la misericordia, convertida en cine, palabra, y vida. Si bien es cierto que el director ha estado bien aconsejado, y si no que se lo pregunten al obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, la tensión espiritual que produce en el espectador, pese a durar más de lo conveniente para la mente moderna, es de una intensidad difícilmente equiparable a otras películas del género.
Habrá quien le saque punta a la película propalando que es un subterfugio para poner en valor las apariciones de Medjugorje. Ésta sería una deslegitimación que no responde a la realidad y, además, es reduccionista. Si quitamos el Medjugorje que aparece en la película y lo sustituimos por Lourdes, Fátima o Guadalupe, la cinta sigue teniendo el mismo valor. Porque la clave de la “tierra de María” no está en un lugar físico, está en una relación que es un eco privilegiado de la clave del cristianismo. La tierra de María es la tierra del deseo infinito.
José Francisco Serrano Oceja
