Gente buena

Hay mucha gente buena que se congregó el pasado lunes en el cien Callao de Madrid para asistir al estreno del cortometraje "Hay mucha gente buena", del director de cine converso, Antonio Negri, y que disfrutó de lo lindo con esa bondad que nace de la experiencia cristiana y que es capaz de sembrar la esperanza. Antonio Negri confesó haber sentido la presencia de la Madre, y esa presencia, y ahora dice que el diálogo con ella en la oración le ha cambiado la vida. Jóvenes, profesionales de diversos sectores, entusiastas de lo puro y de lo auténtico, se dieron cita convocados por las redes sociales, por la página web haymuchagentebuena.es, para una fiesta, fruto espontáneo y sencillo de la JMJ, que sigue siendo el leit motiv de tantas iniciativas de la juventud del Papa.

Para saber que hay detrás del cortometraje debemos remitirnos a esas historias de la radio, a esa España profunda tan ligada siempre a los sonidos de la comunión y de la vida. Quienes vean en Internet el cortometraje abandonarán los prejuicios sobre la vida del joven profesional católico y se dejarán llevar por la ilusión de quienes descubren, en cada momento, que la esperanza se conjuga con la forma presente de la realidad y que la vida merece ser vivida en clave transitiva. El tejido de las relaciones humanas es una aplastante evidencia de que toda persona está abierta a la gracia de Dios, minuto arriba, minuto abajo. La minipelícula de Antonio Cuadri, que bien pudiera servir de telonera en no pocas de las oportunidades de apostolado, tiene frescura y gracia, de esa gracia que lo es todo.

Hay mucha gente buena ya no es sólo un programa de Radio María que se emite los viernes de las 00,00 horas a las dos de la madrugada. Es una corriente de aire fresco sinfónica de deseos y de gestos de voluntario servicio. A la presentación de la cinta que lleva el título del programa de radio asistieron los obispos de Radio María, que son, como padres fundadores y artífices de la filosofía de la programación, monseñor José Ignacio Munilla, monseñor Jesús Sanz Montes y monseñor Francisco Cerro. También intervino monseñor Fidel Herráez, obispo auxiliar de Madrid, y responsable de la maquinaria de la Iglesia en la capital de España. Por allí estuvieron el arzobispo de Santiago, el de Pamplona, el obispo de Mondoñedo, el de Zamora, el de Osma-Soria, el de Salamanca, y algunos otros. Fue una espontánea fiesta de la fe y de la humanidad que proclama como principio que hay mucha gente buena que pasa por el mundo haciendo el bien.

José Francisco Serrano Oceja

jfsoc@ono.com

 
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