Don Ricardo, visto por los suyos

Uno de los grandes protagonistas de estos días pasados ha sido el ya cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid. Una púrpura de lujo para la Iglesia en España y para la Iglesia en Castilla y León.

Como por estas tierras, para saber qué ocurre en la Iglesia, no hay mejor camino que leer la prensa local y regional, ofrezco a los lectores un mosaico de declaraciones de personas cercanas a don Ricardo, que se han publicado en estos días pasados. Una forma de glosar y desglosar la personalidad del neocardenal a partir de lo reflejado en los espejos de la percepción de los suyos.  

El obispo de Ciudad Rodrigo, monseñor Raúl Berzosa, en “El norte de Castilla”, comentaba que “con don Ricardo se hace realidad el principio pastoral del Papa Francisco: “El tiempo es superior al espacio”. Hay que saber esperar y confiar en la Providencia. Palencia es mi segunda tierra, y no resultó una diócesis fácil, ni por el momento ni por las circunstancias. Pero supo atraerse el afecto sincero de todos”. De ahí a Bilbao, en donde fue recibido “con reticencia y desconfianza y, sin embargo, supo encarnarse en aquella diócesis tan diferente a las que había pastoreado hasta entonces. Su libertad, su autenticidad, su espiritualidad…”. Y en Valladolid “se pude decir sin exageraciones que sabe aglutinar y entender. Y atender a pastores, consagrados y laicos: que lleva con firmeza y suavidad el timón de la diócesis, de la provincia eclesiástica y hasta de la región del Duero”, apunta monseñor Berzosa.

Una perspectiva complementaria es la que ofrece el Rector del Seminario de Valladolid, el sacerdote Aurelio García. Un Seminario que, por cierto, está de fiesta con la celebración de las bodas de oro de esa institución eclesial. Aurelio García apunta que en don Ricardo “confluyen varias características que han podido llevar al Papa a fijarse en él como nuevo cardenal. En primer lugar, su preparación teológica, madurada durante muchos años como profesor en la Universidad Pontifica de Salamanca y expuesta en sus libros. En segundo lugar, es un hombre de comunión, de unidad, que ha logrado un consenso en el interior de la Conferencia Episcopal Española, de la que ha sido dos veces elegido presidente. Y, por último, yo destacaría su buena tarea como pastor durante muchos años como obispo de cuatro diócesis”.

El Rector del Seminario de Valladolid sintetiza la personalidad de don Ricardo: “Yo lo definiría como una persona inteligente, trabajadora y humilde”.                                          


 
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