¿Choque de trenes?

La historia comenzó cuando el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, que de religiosos, de siglas de Vida Consagrada, CONFER, FERE y demás familia, sabe, y mucho, dijo que en su diócesis no se celebraban las Jornadas de Pastoral que Escuelas católicas había convocado y distribuido por varias diócesis españolas. Si son católicas las escuelas se entiende que algo tienen que ver los obispos en lo católico. Y sin son de pastoral, también. No digamos nada de lo escolar. A esa organización pertenecen no pocos de los colegios propiedad de las diócesis. Las Jornadas están previstas en Oviedo, Santiago de Compostela, Granada, Madrid, Valencia, Valladolid, Zaragoza, Bilbao y Tenerife.

Según la versión de la Oficina de Información de la CEE, "ninguno de los obispos de estas sedes había sido informado de las Jornadas. En Oviedo fueron suspendidas cuando el Sr. Arzobispo manifestó que no les otorgaba su consentimiento. En Granada, fue la misma organización regional de "Escuelas católicas" la que comunicó que se suspenderían. Los obispos de las demás sedes afectadas, ante los problemas que presentaba el programa de las Jornadas, encomendaron al Presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis la conducción del diálogo necesario con los responsables de "Escuelas católicas", con el fin de que esta importante actividad pastoral se adecuara al contenido, método y fines de la Carta Porta fidei, por la que el Papa ha convocado el Año de la Fe, y pudiera obtener el consentimiento de los Pastores de las diócesis en las que habría de ser llevada a cabo".

La Nota de la Conferencia confiere al asunto un carácter oficial, vamos a llamarle pedagógico, y lo introduce en otra dimensión. Bien es cierto que podría entenderse como respuesta a la Nota que, inmediatamente se conoció la suspensión, hizo pública la organización de los religiosos. Nota de la que más vale no acordarse. Más que respuesta, punto y final. ¿Acaso punto y seguido?

Al concluir el texto de la Oficina de información de la CEE, dejémoslo ahí, hay un claro aviso para navegantes: "Es de esperar que, en el futuro, actividades pastorales como estas Jornadas, con incidencia tan destacada en la vida de la Iglesia, sean programadas con el consentimiento de los obispos diocesanos". La pregunta es inmediata: ¿Hay actividades pastorales de relevancia pública en las diócesis que se organizan sin el conocimiento de los obispos, o de lo que se está hablando es de que hay obispos que sí las aceptan y otros no?

Pero este fiel de la balanza parece que se ha acabado, gracias al valiente paso que don Jesús Sanz Montes ha dado. No es difícil pensar que el arzobispo de Oviedo tomó la decisión después de la adecuada consulta, a sabiendas de que, con la facilidad añadida de poder hablar del tema con los obispos implicados, excepto el arzobispo de Zaragzoa, que estaban en Ejercicios Espirituales. Vaya punto de meditación y discernimiento.

No debemos olvidar que en la relación entre obispos y religiosos, éste es el segundo episodio en poco tiempo. La pasada Asamblea Plenaria fue el primer aviso con aquella conversión de un documento sobre las relaciones entre obispos y religiosos que entró como tal a la Plenaria y salió como proyecto de texto. Lo que es indudable es que la forma de las relaciones de los obispos con los religiosos está cambiando. Y también que este episodio, una especie de ¡Basta ya!, se ha resuelto gracias a los buenos oficios, tanto del obispo de la Enseñanza y Catequesis, monseñor Casimiro Llorente, como del presidente de Escuelas católicas, José María Alvira Duplá. Se ha salvado un episodio, pero, ¿se habrá recibido el mensaje y se habrá aprendido la lección?

jfsoc@ono.com

 
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