Bilbao toma la delantera

La diócesis de Bilbao se pone a la cabeza… de la comunicación en la Iglesia. ¿Por qué? ¿Cómo?

Días atrás, veíamos a su obispo, monseñor Mario Iceta, presentar en Sevilla –otra Iglesia que también se ocupa y preocupa de la comunicación- el nuevo Plan de Comunicación de la diócesis de Bilbao que, les aseguro, después de haberlo estudiado detenidamente, es un referente. Allí, en la ciudad del Guadalquivir fue donde don Mario habló de la deriva de cierta práctica periodística en la que “la verdad ha sido sustituida por la opinión”. Y añadió: “no comunicamos para que nos aplaudan sino para que conozcan la Verdad”.

Días después, es decir, hace pocas jornadas, fue el Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales del Vaticano, monseñor Claudio María Celli, a Bilbao para hablar sobre la comunicación de la Iglesia y en la Iglesia y para ofrecer su respaldo al proyecto comunicativo vizcaíno.

Monseñor Celli se refirió a la situación de la Iglesia en voz activa y pasiva. Y ratificó la realidad, compartida por el universo mediático, de que el Papa Francisco lo llena todo. De ahí que la práctica de la comunicación en la Iglesia debe mirar al Papa y fijarse en las prioridades que él determina, incluso en la selección de públicos.

La época del Papa Francisco tiene muchas repercusiones para la comunicación. Sin embargo, parece que aún no hemos entrado en la dinámica que el Papa propone. A lo sumo, cambios en las cartas, y ese poco más de quítate tú para que me ponga yo.

Sin embargo, monseñor Celli lo dejó claro. He aquí algunas de sus frases:

El mejor medio de comunicación social de la Iglesia consiste en el testimonio de vida auténticamente cristiano. La Iglesia debe ir hacia el diálogo con el mundo en que le toca vivir en cada momento. Nosotros utilizamos un lenguaje muy eclesiástico. Dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo que decir. El papa Francisco es un fenómeno comunicativo, no sólo por lo que dice sino por lo que hace. Un tweet es una gota de agua fresca. No es mucho, pero cuando estoy sediento, una gota de agua tiene sentido en mi camino. La comunicación es la dimensión de una cultura del encuentro. Nuestra tendencia es poco a poco descartar al otro. Debemos ser capaces de dialogar con la cultura digital del hombre y la mujer de hoy e integrar el mensaje de la salvación en esta nueva cultura”.

 
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