Laicismo en la Complutense

Notable eco ha tenido el acto de la asociación Europa Laica en la Universidad Complutense, en el que todos los ponentes defendieron la eliminación de las capillas y símbolos cristianos. La guinda vino en el turno de palabra cuando impidieron al catedrático de Filología Griega, Felipe G.Hernández, que expusiera su parecer contrario a lo allí se expuso.

Hizo un buen repaso de la historia universitaria que ha configurado la Europa cristiana de las libertades y el progreso. Oxford exhibe en su escudo el lema “Dominus illuminatio mea”; la complutense “Libertas perfundet omnia luce”, en su escudo con el cisne  y el cordón de san Francisco, en honor a su fundador el Cardenal Cisneros; para recordar que la Iglesia es la fundadora de las universidades, del saber abierto donde no debería caber la censura ni el sectarismo. Y que ha hecho mucho más que las ideologías totalitarias del pasado o del presente por las libertades cívicas, como reza también en el Ayuntamiento de Londres “Domine, dirige nos”. Todo esto fue rechazado sin permitirle mantener el micrófono para acabar su intervención, que también recordaba la sentencia de marzo de 2011 del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la presencia de crucifijos en la escuelas públicas italianas: porque reconoce la libertad religiosa, apoya la cultura europea, y sintetiza los valores de la civilización occidental.

Quizá algunos universitarios siguen pensando que “universidad laica” significa “universidad anticatólica” pues les han inducido una animadversión al cristianismo, a la Iglesia, y a Jesucristo: es la “cristianofobia”. La palabreja misma señala que se trata de una enfermedad psicológica que causa en el individuo una alteración de la realidad y llega a ver otra cosa; una enfermedad del espíritu que consiste en un desequilibrio irracional con rechazo al objeto de su fobia: cristofobia, ágorafobia, fotofobia, claustrofobia, etc.

Tantos episodios sectarios han configurado una falsa imagen de la Complutense, donde sí hay muchos profesores, alumnos, y personal no docente, que viven pacíficamente la fe cristiana y por eso defienden una educación integral  que no se limita a producir técnicos sin alma, porque luego se estrellarán en la vida. De esto podrían hablar tantos antiguos alumnos de la Complutense, salvo los que se han acogido al pesebre de la extrema izquierda. Son pues muchas las personas en la universidad que defienden unas ideas sensatas como mínimo sobre: la dignidad de las personas, la libertad de cátedra, o la tolerancia, sin asustarse con la intolerancia de algunos muy combativos en grupo, no tanto en particular, y a ellos ha intentado responder el profesor G.Hernández, de la Facultad de Filología. Menos mal que después hemos visto publicado el texto completo de su intervención, enhorabuena.

Llevamos décadas  sufriendo  en España la manipulación sobre el carácter laico del Estado y sus instituciones. Afortunadamente hace muchos siglos que los hombres y mujeres cristianos saben distinguir en la teoría y en la práctica entre “laico” y “laicismo”, pues este último es una ideología que tergiversa la realidad de la Iglesia. Algo que ya tenían claro los primeros cristianos hasta el punto de sufrir martirio por defender la libertad de conciencia frente al Imperio, porque ya vivían la enseñanza de Jesucristo, “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”, es decir, cumplid las leyes civiles y colaborar con los poderes como buenos ciudadanos, pero no deis al César lo que es de Dios: la libre adhesión de la persona para vivir el mandato del amor a Dios sobre todas las cosas –con toda la mente, todo el corazón, y toda el alma-, y al prójimo como a sí mismos.

Parece que en la Complutense algunos no se han enterado, viven con anteojeras y pretenden aplicarlas a sus alumnos,  y también tapar la boca a quienes discrepan del pensamiento totalitario como ese valiente profesor. No pasarán pero ellos sí pasarán.


P.D. enlace que vuela por la red


 
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