Mapi: santos anónimos

Mapi.
Mapi.

El pasado fin de semana falleció en Madrid María Pilar Andueza (conocida familiarmente como Mapi). Una joven madrileña de solo 46 años (la menor de 3 hermanos) a la que un agresivo cáncer se llevó por delante en poco más de un año. Podría tratarse de una de las muchas personas que mueren en el anonimato en nuestra ciudad. Pero no.

Su rostro sereno y sonriente en el féretro nos estaba diciendo algo a los cientos de amigos que abarrotábamos la sala 3 del tanatorio de San Isidro. Nos daba la seguridad de que ella ya estaba gozando de un Cielo muy grande. Porque Mapi era creyente y tenía una fe a prueba de bombas. Luchó hasta el último minuto de aliento.

Llevó su enfermedad con una gran entereza, siempre más preocupada por los de alrededor que por sí misma. Era fundadora y socia, junto a su amiga del alma Carmen, de la prestigiosa escuela Marand Musical, que el año pasado celebró su 20 aniversario y que cuenta con más de 400 alumnos.

Muchas de las familias que llevan a sus hijos a la escuela acudieron a rezar ante Mapi. O más bien a pedirle cosas a Mapi, que ya se ha convertido en una intercesora para todos los que la conocían. Fue impresionante comprobar la cantidad de gente que quiso participar en la misa que se celebró en el tanatorio. Hubo llenazo.  

Mapi era una persona llena de vitalidad, empuje, alegría y optimismo. Una guerrera, como les gusta decir a sus mejores amigos. Para mí, Mapi es uno de esos santos anónimos que llenan el Cielo y dan gloria a Dios. Un Cielo que se ha ganado a pulso.

Gracias Mapi por tu ejemplo en la salud y en la enfermedad. Gracias por tu sonrisa contagiosa. No te olvides de nosotros. Descansa en paz.

 
Comentarios