Trío episcopal de ases

Reig Plán, García Beltrán y Argüello en la apertura del Congreso Católicos y Vida Pública.
Reig Plán, García Beltrán y Argüello en la apertura del Congreso Católicos y Vida Pública.

Comienza con muy buen pie el Congreso Católicos y Vida Pública, dirigido por uno de los intelectuales más destacados del catolicismo español, el profesor Rafael Sánchez Saus. Esto bien lo saben en su tierra andaluza.

Y así ha sido con una mesa redonda de tres obispos, casi la Provincia Eclesiástica de Madrid, los de Alcalá y Getafe, monseñor Reig Pla y García Beltrán, y el descubrimiento permanente, monseñor Argüello, hablando los tres de la vida, del don de la vida, el tema general del Congreso que se celebrará este fin de semana.

Por cierto que monseñor Luis Javier Argüello García llega a tiempo a ser arzobispo de Madrid como nos descuidemos.

Tres intervenciones de nivel, con sobreabundancia de titulares, con tres estilos diferentes, complementarios, ámbitos de referencia, citas y experiencias.

Arrancó monseñor Argüello, con cierta pose academicista, hablando de mi citado Harari. Y ahí ya me ganó, porque creo que la seri “Homo” es, culturalmente, una de las que más ha interpelado a la conciencia cristiana y a la ciencia. La pena es que no haya ningún Harari de cabeza cristiana y éxito editorial a la vista.

Pues dijo monseñor Argüello que el ataque, la hondura del ataque a la vida es metafísico. Pero habló de física, de la estructura matemática, del asombro y se refirió a la naturaleza y al nuevo paradigma mecanicista, que es como decir biologicista. Incluso citó al profesor Ratzinger y a Evangelium Vitae.

Después no tenía fácil papel monseñor Ginés Ramón García Beltrán. Pero como es un obispo también leído, por cierto, le encanta la literatura contemporánea, tiró del diálogo con “Tierra” de Eloy Moreno, que no es mala interlocución para que nos demos cuenta de la realidad en la que estamos instalados. Bueno, realidad o ficción de realidad, porque lo que quedó claro, en este diálogo a tres bandas, es que la cuestión de la vida es la cuestión del don, de la verdad, de la libertad incluso.

Y por último, un sorprendente monseñor Reig Pla, que tiene en su cabeza la estructura del pontificado contemporáneo y que se nota que ha sido profesor de moral y que ha hablado mucho, y bien, sobre la vida. Extenso, sin papeles ni notas, intenso y teológico, las conclusiones del eclipse de Dios, que puso sobre la mesa, bien merecían un curso específico para la formación de la conciencia cristiana.

No pretendo hacer una crónica de la presentación del Congreso porque ya han tenido los lectores noticia de ella en estas páginas. Solo dejar constancia del buen arranque, que esperemos continúe a lo largo de este fin de semana en Católicos y Vida Pública. Cómo pasa el tiempo, cómo cambia todo. 

 
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