La Comisión Mixta Iglesia-Estado y los Acuerdos

Juan José Omella y Carmen Calvo.
Juan José Omella y Carmen Calvo.

En el comunicado conjunto del cardenal Omella con la Vicepresidenta Calvo, después de la reunión del pasado miércoles,  se decía que “se pretende revitalizar los trabajos de la Comisión Mixta, prevista en los Acuerdos con la Sante Sede, como un espacio de trabajo y diálogo institucional que permita actualizar las relaciones entre la Iglesia y el Estado a los momentos en los que vivimos”.

El catedrático Ricardo García-García, de la Autónoma de Madrid, publicó en abril de 2017 en el Anuario de Derecho Canónico, un artículo sobre las relaciones de cooperación entre la Conferencia Episcopal Española y el Estado español, cincuenta años de trabajo, en el que aborda la naturaleza de la Comisión Mixta. 

Se sorprende el autor de ese estudio de que “en todos los acuerdos de colaboración solo se crea específica y expresamente una única Comisión Mixta en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales, de 3 de enero de 1979, en su Art. XV, destinada expresamente a la defensa y promoción del patrimonio histórico, artístico y cultural”.

En el resto de acuerdos, aunque se encuentran comisiones específicas u otros órganos de diálogo, en todos se utiliza la misma fórmula: “La Santa Sede y el Gobierno español procederán de común acuerdo en la resolución de las dudas o dificultades que pudieran surgir en la interpretación o aplicación de cualquier cláusula del presente Acuerdo, inspirándose para ello en los principios que lo informan”.

Esta fórmula es la que existía en el Concordato de 1953. ¿Lo sabrá la Vicepresidenta? Pero fíjense lo que añade el citado especialista:

“Si se pretende sistematizar las relaciones de cooperación entre el Estado español y la Santa Sede o la Iglesia católica, en general es sencillo afirmar que ha existido relación de cooperación y la existencia de comisiones destinadas a encauzar el diálogo entre el Estado y la Iglesia católica, ahora bien, si descendemos a lo particular, al detalle de su composición, al sentido de cada una de ellas y a cómo se han ido materializando sus trabajos, o cómo han ido participando y formando parte las diferentes representaciones posibles de la Iglesia católica, de forma más o menos intensa y con ciertas fluctuaciones, y en especial la Conferencia Episcopal, ya las cosas se complican y mucho. No resulta una tarea sencilla, no se han publicado las Comisiones Mixtas en el Boletín Oficial del Estado ni por parte de la Conferencia Episcopal, ni existe bibliografía al respecto, el único trabajo meritorio que hemos podido conocer que aborda esta temática ha sido el realizado por el profesor Mantecón”.   

Y en las conclusiones, insiste en que “la existencia de una comisión mixta y su trabajo previo parece la fórmula más idónea, aunque solo sea por la tradición jurídica occidental que la ha entendido como la mejor vía para alcanzar acuerdos entre diferentes partes intervinientes que se reconocen derechos o potestades”.

En resumen, la referencia a la Comisión Mixta, en el marco de los Acuerdos, ¿no significa acaso la voluntad del gobierno de meter mano en los Acuerdos, no denunciándolos, lo que crearía polémica, sino interpretándolos, adaptándolos, para que se modifiquen? ¿Cuál es la voluntad de la Iglesia, su criterio, sobre los Acuerdos? ¿Pero no se decía hasta hora que no solo están vigentes, son válidos, sino que hay que cumplirlos? ¿Ha habido un cambio de opinión de la Conferencia Episcopal, en su Asamblea Plenaria, a este respecto?

           

 
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