Un testimonio de Fe y de Esperanza

El padre Gabriel Romanelli, IVE, párroco de Gaza, en medio de las dificultades que estará pasando en estos momentos de desolación, ha tenido la serenidad y la presencia de Dios necesarias para transmitir a todo el mundo un ejemplo de la Fe y de la Esperanza, y nos ha dado un maravilloso ejemplo de cómo los cristianos hemos de recibir los acontecimientos que podamos encontrarnos en nuestro caminar hacia la Vida Eterna.

Recojo sus palabras:

“Para mostrar el valor espiritual de algunos de nuestros hermanos en Cristo de la Iglesia de Gaza quiero traerles este hermoso testimonio de una joven esposa y madre, profesora de nuestra escuela secundaria de la Sagrada Familia y que en el bombardeo contra la iglesia griego ortodoxa perdió a su madre y a su padre (su papá era el bibliotecario de nuestra parroquia y de la Escuela católica parroquial).
Ella, herida, sobrevivió… y desde su lugar en nuestra iglesia-refugio, hoy escribió esto:

“Señor, tú eres mi fuerza y ​​mi vida. Sin ti, Señor, nada soy. Tú dijiste: “No tengas miedo, porque yo estoy contigo”. Venceré el miedo, porque contigo, Señor, mi miedo se va y mi fe se fortalece. Te ruego, mi Señor, y te pido siempre que el mundo se oscurezca ante mi rostro y tu luz brille en mi camino. Cada vez que la desesperación toque a mi puerta, aumenta Tú la esperanza en mi corazón. Siempre que las dificultades de la vida me destruyan, se Tú un bálsamo sanador. Siempre que el pecado me aleje de Ti, tráeme de regreso a Ti y permanece cerca de mí y que tu mano me guarde en todos los momentos de mi vida. Gloria y gracias a Ti por siempre. Amén.”

No tengo duda de que en el corazón de muchos cristianos esparcidos por el mundo nacen muchas oraciones, estos días, pidiendo a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, la paz en Tierra Santa. Un clamor que llega al Cielo para que descubramos a Dios que nos quiere dar la Paz, que se ha muerto en la Cruz por todos nosotros perdonándonos de nuestros pecados y ha Resucitado dándonos la paz.

En las oraciones, además de la Paz, le pedimos que ilumine el corazón y la inteligencia de los gobernantes de todos los países del mundo para que busquen única y exclusivamente el bien común de los habitantes de sus Estados, de sus Naciones. Y comprendan las exigencias que les puedan plantear y hagan todo lo posible para resolverlas en paz y armonía, respetando los derechos de cada persona.

También contemplar estas situaciones, que manifiestan la maldad del pecado que podemos vivir los hombres, ¿no nos podría también ayudar a pensar un poco en qué estamos haciendo para que estas guerras se mantengan en pie?

Ante situaciones de guerra semejantes, tan esparcidas hoy por todo el mundo, se nos puede hacer un poco difícil descubrir las causas que originan estas contiendas. A estas alturas de la historia de los hombres sobre la tierra, somos bien conscientes de que las únicas guerras en las que vale la pena luchar y morir, son las que se provocan para rechazar una invasión contra nuestra patria, contra nuestra familia, contra nuestro derecho a vivir en libertad.

La oración de la mujer cristiana palestina es una invitación a todos nosotros para que, de verdad, recemos por la Paz y, a la vez, para que Dios nos conceda la Fe, Esperanza y Caridad de estos hermanos nuestros católicos de Gaza.

ernesto.julia@gmail.com