Mundanidad (I)

Papa Francisco entrevistado en la RAI.
Papa Francisco entrevistado en la RAI.

El pasado Viernes Santo, un programa de la Rai-Uno italiana transmitió una entrevista con el Papa Francisco.

Después de hablar de la guerra en Ucrania, de la existencia del diablo, etc., la periodista Lorena Bianchetti plantea al Papa esta cuestión:

“Otra pregunta porque, como hemos dicho, Jesús fue azotado, humillado, coronado de espinas, crucificado. Y todo esto de alguna manera le vino de su familia, porque fue traicionado por Judas, fue negado por Pedro. En resumen, los golpes mortales vinieron de sus cercanos. Entonces, ¿cuáles son las heridas que la Iglesia sigue infligiendo al crucificado en la actualidad?”

No me cabe duda de que al hacer esta pregunta la periodista tenía en la cabeza la realidad del abandono de la fe de muchos creyentes en toda Europa, las desviaciones de la fe que se proponen en algunas consideraciones del sínodo alemán, la falta de vocaciones al sacerdocio que sufre la Iglesia especialmente en Occidente, etc,

Esta fue la respuesta de Francisco:

“Hablo claramente de esto, porque estoy convencido de ello. La cruz más dura que la Iglesia hace al Señor hoy es la mundanidad, el espíritu de la mundanidad. El espíritu de la mundanidad, que es un poco como el espíritu del poder, pero no solo del poder, es vivir en un estilo mundano que -curiosamente- se nutre y crece con el dinero. Aquí hay algo interesante. En las tres tentaciones del diablo a Jesús, el diablo hace propuestas mundanas. La primera, el hambre, es comprensible, es humana. ¿Pero después? El poder, la vanidad, las cosas mundanas. Porque el modo es atractivo y la Iglesia, cuando cae en la mundanidad, en el espíritu mundano, la Iglesia es derrotada. El espíritu de mundanidad es lo que más duele hoy, pero siempre ha sido así. Cuando Jesús nos dice: “por favor, haz una opción clara, no puedes servir a dos señores. O sirves a Dios” - y yo estaba esperando “o sirves al diablo”. Pero no dice esto. “O sirves a Dios o sirves al dinero”. Usar el dinero para hacer el bien, para mantener a tu familia con trabajo, está bien. ¡Pero servir! Y la mundanidad se detiene en eso”.

Me pregunto si ese “espíritu de mundanidad” al que se refiere el Papa como el principal causante de los males de sufre hoy la Iglesia, se reduce solamente a una desmesurada ansia de acumular poder y dinero. El Papa subraya esos dos detalles que en realidad forman parte de la condición de pecadores que todos los seres humanos vivimos y viviremos hasta el fin de la historia. La Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo las ha sufrido a lo largo de los siglos en no pocas ocasiones, y en diversos y variados lugares de la tierra.

El Papa añade dentro de ese mal el “vivir en un estilo mundano”, y nos da así un motivo para pensar que la Mundanidad a la que se refiere es en definitiva el deseo que late entre algunos creyentes, sacerdotes, obispos y cardenales incluidos, de acomodar la realidad de Cristo, Camino, Verdad, y Vida, al así llamado “espíritu del mundo, del tiempo”, olvidándonos de la Fe y de la Moral cristianas, convirtiéndonos cada uno de nosotros en nuestra   verdad, en nuestro propio camino y vivir nuestra propia vida centrada en nosotros mismos. “Todo vale, porque a mí me da la gana”.

Esa Mundanidad que tanto daño hace hoy en el interior de la Iglesia, queda bien reflejada, aunque sólo en parte, en una reciente entrevista que le hacen al hasta ahora obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge.

 

 El periodista señala y pregunta:

“Cada vez más personas de dentro de la Iglesia como obispos o cardenales se manifiestan a favor de hacer cambios en relación a la moral sexual, celibato, sacerdocio femenino y homosexualidad entre otros temas. ¿Le preocupa un posible cambio de la postura de la Iglesia respecto a estos temas?”

 Y el obispo responde:

“Supone para mí una profunda preocupación que por parte de obispos y cardenales se pongan en duda verdades fundamentales de la fe. En algunas no puede haber cambio en la Iglesia porque pertenecen al núcleo invariable de la fe y en otras son pequeños cambios, a mi parecer, los que se pueden dar y no es el tiempo para manifestar dudas, sino para robustecer certezas. Acaba de llegarme la noticia de que un numeroso grupo de obispos y algunos cardenales han hecho una corrección fraterna a nuestros hermanos de Alemania”.

El obispo se refiere a algunas propuestas que han sugerido diferentes grupos del sínodo alemán que son contrarias a la Fe y a la Moral de la Iglesia. Ante esta situación algunos obispos, cerca de 100, de otros países transmitieron a los obispos alemanes su preocupación por esta deriva, instándoles a no dejarse influir por ella.

La misión de la Iglesia es transmitir a Cristo, Dios y hombre verdadero, que es “el Camino, la Verdad y la Vida”. Ese “vivir en estilo moderno” es una tentación más para que la Iglesia mundanizando la moral, la liturgia, las costumbres, la familia, acabe en ser apenas una ong poco más que humana, en la que desaparece la conciencia de pecado y de la necesidad del arrepentimiento y de pedir perdón y, por supuesto, sin ninguna perspectiva sobrenatural, que ayuden a los fieles a buscar y a amar a Dios Padre. Hijo y Espíritu Santo, Creador, Redentor y Santificador, que anhela unir a sus hijos en Su Iglesia, y después, en la Vida Eterna. (continuará).

ernesto.julia@gmail.com

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