¿Qué está sucediendo en Francia?

Las cuatro noticias provienen de Francia; y para dejarlas claramente enunciadas, ahí van:

-un obispo luterano, masón, en París, se convierte al catolicismo;

-un párroco francés es excomulgado por pertenecer a la masonería;

-un médico francés, que abandonó la masonería y se convirtió al catolicismo en Lourdes, invita a rezar por el párroco excomulgado, para que rectifique;

-las manifestaciones a favor del matrimonio y de la familia llegan a la cuarta edición, y siguen atrayendo centenares de miles de familias. Y digo matrimonio y familia sin más, y no matrimonio y familia "tradicionales", porque todo lo que no sea unión de hombre y mujer, y de padres y madres e hijos, ¿sabe alguien qué es realmente, aparte de una frase en el texto de una escritura a la que se llama "ley?

El obispo luterano, hoy ordenado sacerdote católico, es el único obispo luterano converso desde el siglo XVI, y el masón francés de más alto grado que ha dejado la masonería, se ha convertido a Cristo y se ha ordenado después. Manifiesta claramente su fe en los sacramentos, y en la capacidad de la Iglesia Católica para enderezar la situación espiritual que está viviendo una buena parte de Europa, y afirma con libertad y claridad:

"A pesar de la crisis de la Reconciliación en el catolicismo, no es comparable con la ausencia de práctica en la mayor parte de las confesiones protestantes. Al menos en el catolicismo se cuenta con una doctrina clara que puede enderezar la situación".

"Excomulgado". El diablo ha sido la primera persona que ha oído esa palabra; y no deja de ser extraño que el sacerdote se maravilla –"pensé que no iba a llegar tan lejos"- del paso que ha dado la Iglesia. Un paso necesario, sin ninguna duda. Y una medida tomada después de haber tenido la paciencia de invitarle, repetidamente, por años, a abandonar la masonería. El hombre seguía, además, predicando entre sus feligreses sus opiniones en contra del celibato sacerdotal, y a favor de inmoralidades sexuales, y la unión de homosexuales. ¿Cómo podía continuar en su parroquia? Su labor era del diablo, no de Cristo.

El médico ex-masón se pregunta cómo un sacerdote católico haya podido estar bajo la obediencia que él padeció, cuando es una obediencia que "predica el hedonismo, la satisfacción de todos los deseos y placeres; y que empuja al establecimiento de las leyes sobre la anticoncepción, el aborto, el divorcio, el "matrimonio" homosexual, la eutanasia, la despenalización de las drogas blandas, etc".

 

El médico tiene razón, porque sabe muy bien que el ser humano no pierde la capacidad de ser "miserable", - o sea, encerrarnos en nuestras "miserias" libremente, que la libertad no es obstáculo para ser "miserable"- de la que gozamos todos los hombres y las mujeres del planeta. Y como también comprende esa "miseria", pide oraciones para que el sacerdote rectifique, y se arrepienta, como él mismo hizo un día ante la Virgen de Lourdes.

Y, engarzado con las noticias, el lamento del secretario de la Gran Logia Nacional de Francia que se queja por la excomunión, que considera "excepcional" y "obsoleta". ¿Qué teme?, ¿Que detrás de este párroco puedan ser "excomulgados" otros sacerdotes que, según él, son también masones, y están bajo su obediencia?

¿Por qué se preocupa la masonería de Francia, que es la que está afectada y nerviosa en estos momentos? ¿Teme que se conviertan a Cristo los 26.000 masones que el secretario de la Gran Logia dice tener como "fieles obedientes y sumisos"?

Y cierra la lista la cuarta gran manifestación en favor de que todos los niños franceses puedan crecer en familias con padre, hombre, y madre, mujer. Los cientos de miles de manifestantes -se habla de millones- incluyen personas creyentes y no creyentes. Son judíos, cristianos, musulmanes, laicos republicanos y homosexuales que están en contra de la redefinición del matrimonio, de la manipulación de embriones, y de la entrega de niños en adopción a parejas del mismo sexo.

Estas manifestaciones seguirán; y que cunda el ejemplo en toda Europa. Una buena señal de una sociedad que está viva y libre; que está decidida a seguir viviendo en familia con dignidad, amor y respeto. Son conscientes de que sin familia, la sociedad desaparece, y la dignidad, el amor y el respeto se desvanecen.

Ernesto Juliá Díazernesto.julia@gmail.com

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