Un gesto noble

Los astilleros de Ferrol han entregado la quinta fragata a la Armada noruega. Durante algunos años, una serie de familias noruegas han vivido en Ferrol y en sus cercanías, inmersas en ese proyecto, y han participado de las vicisitudes de sus vecinos y compañeros.

Una cierta convivencia familiar, humana, ha dado lugar a un gesto algo inusual, pero no insólito; y quizá por eso, todavía más bello y noble.

La Armada noruega ha entregado un donativo de 100.000 euros a Caritas de la diócesis Mondoñedo-Ferrol, para "mostrar nuestro agradecimiento, dar algo a cambio como símbolo de nuestra gratitud a los habitantes de Ferrol, que tan bien nos han recibido durante tantos años".

En el convivir codo a codo, familia con familia, la amistad y el buen hacer, llevan a descubrir y comprender las necesidades más apremiantes, las situaciones más difíciles que están viviendo nuestros vecinos. Las familias noruegas han visto las necesidades, y no han cerrado ni sus ojos ni su corazón, ni su bolsillo.

Con las fragatas defenderán sus costas de cualquier posible enemigo; los noruegos son hombres hechos a la mar desde tiempos inmemorables. Ya convivieron con vascos en tierras americanas, y así han llegado a la constitución de los Estados actuales.

Ahora, han ido a Galicia, a Ferrol, han sido bien acogidos, más allá del interés por la construcción de fragatas que han dado trabajo por años a esos astilleros; y esa convivencia ha echado raíces. ¿Llegaremos así a construir Europa?

"Caritas" ha comunicado que las familias noruegas de los marinos, "han querido plasmar así su solidaridad ante la difícil situación que nuestro país, y nuestra comarca, atraviesa en estos momentos, y realiza esta donación con el deseo de que contribuya al bienestar de Ferrol y especialmente de los más necesitados".

La donación ha ido directamente a "Caritas", que ha agradecido de todo corazón "la confianza depositada en ella por los marinos noruegos"; y ya ha anunciado que ese donativo, y los que va recibiendo –en pequeñas cantidades de unos y de otros- "contribuirá a reforzar el trabajo que se lleva a cabo en las parroquias, comedor y centro de día para personas sin hogar de la calle Magdalena, programas de empleo y de personas inmigrantes".

Esas familias noruegas, que han vivido tan cerca de los habitantes de la zona, saben en quienes pueden confiar; y saben también que es a base de esa confianza mutua como los humanos vamos adelante, sostenemos nuestras familias, construimos civilizaciones: "pon amor, y sacarás amor", afirma el dicho castellano. Y las familias noruegas lo han conseguido: "La confianza depositada nos estimula a mantener nuestro compromiso y dedicación al servicio de todo aquel que precise nuestra ayuda", afirma "Caritas".

 

Un gesto noble y bello, que reverdece en un rincón de Noruega y de Galicia, las escondidas raíces de la caridad cristiana, de las raíces cristianas de Europa.

Ernesto Juliá Díaz

ernesto.julia@gmail.com

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