Los Artículos de San José

¿Miedo a lo que afirman? ¿Deseo de no oír cosas que no se quiere reconocer como verdaderas? ¿Enmudecer la conciencia para que no se reavive ante una realidad presentada claramente y sin velos de ningún tipo?

"Científicamente, es un hecho que la vida de un nuevo ser humano comienza en la concepción".

Así afirma el primero de los artículos.

"Cada vida humana es un "continuo", que comienza en la concepción y avanza paso a paso hasta la muerte".

"Desde la concepción, cada niño no nacido, es por naturaleza un ser humano", no duda en afirmar contundentemente, y es científicamente inapelable, el Artículo 3.

Un buen número de políticos, entre ellos lores y parlamentarios ingleses, diputados franceses, italianos, americanos; embajadores, profesores de medicina, de jurisprudencia de universidades como la Oxford, los Andes, en Chile, Notre Dame, en Usa, La Sapienza, de Roma, y otros científicos de todo el mundo, han firmado una declaración de nueve artículos, el pasado mes de marzo en San José de Costa Rica.

Los Artículos de San José, como se les conoce por la ciudad que los vio nacer, han sido presentados ya ante la ONU, y en varios Parlamentos, entre ellos el de Westminster.

Una clara llamada de atención a todas las personas en lugares de decisión y de poder, para que no se dejen engallar por las manipulaciones informativas –mediáticas- que con cierta frecuencia se promueven bajo la sombra de la ONU, y de sus diversas oficinas a nivel mundial y se reafirmen en el amor a la vida, en el amor a los concebidos-no-nacidos.

"Las afirmaciones de algunas agencias internacionales y organizaciones no-gubernamentales, de que el aborto es un derecho humano, son falsas y deben ser rechazadas"

 

Desenmascaran también las maniobras de algunas organizaciones como el "Comité para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer", que desde algún lugar de las oficinas de las Naciones Unidas están tratando de engañar a los gobiernos del mundo, que defienden ese derecho natural humano a nacer de toda criatura concebida. Les interpretan de forma sesgada y falsa los textos legales actualmente en vigor, para que cambien la legislación en sus propios países e impongan el aborto, como si fuera una indicación clara de las Naciones Unidas.

En algunos casos, llegan incluso a mover a delegaciones de unos países para que promuevan castigos a los países que no aceptan el aborto. El caso de Suecia, que retiró toda asistencia económica a Nicaragua porque el Parlamento nicaragüeño rechazó una ley liberal de aborto, es muy significativo.

"No hay ninguna obligación legal internacional de facilitar el aborto, bajo ningún concepto: ni edad, ni privacidad, ni autonomía sexual, ni no-discriminación", se lee en el Artículo 7.

En la presentación de los Artículos en el Parlamento inglés, Lord David Alton recordó el caso de una mujer, estudiante americana, que quedó embarazada el año 1954. Se resistió a las posibilidades de abortar, y prefirió dejar nacer a su criatura y darlo en adopción. Paul y Clara Jobs fueron el matrimonio que adopto el recién nacido, y le pusieron por nombre Steven Jobs.

De su muerte han hablado todos los periódicos del mundo en estos días. De mi han arrancado una oración por él y por su madre.

Ernesto Juliá Díaz

ernesto.julia@gmail.com

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