La suegra de Pedro

El Evangelio nos cuenta el delicado e íntimo milagro de Jesús a la suegra de Pedro, que andaba en cama y con fiebre.

Jesús realizó tres acciones: se acercó, la tomó de la mano, la levantó. Tres verbos, tres acciones. Nosotros, en nuestra vida cristiana primero hemos de acercarnos; no seguir siempre en nuestra bola, a lo nuestro y descubriremos muchas necesidades, soledades, angustias.

 Tomar de la mano; dar consejitos de ocasión o de diseño es fácil, tomar de la mano es echarse el asunto encima.

Tercero levantar, en la dignidad, en el consuelo, llevando a la confesión. Hay muchas instituciones, a Dios gracias e incluso la sociedad civil ha avanzado muchísimo en estos aspectos, pero siempre habrá campo para cada uno.

Cuantos conocemos a algún familiar, que ha sacrificado sus planes personales, sus proyectos, por cuidar de un enfermo, de unos padres y no se escucha: dónde queda mi libertad, mis proyectos, mi realización personal; su pago, además del cielo, es que son más felices ya en la tierra.


 
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