¿Qué hacemos con el mal?

Imagen del interior de la Cripta de Camarín de la Victoria, Málaga.
Imagen del interior de la Cripta de Camarín de la Victoria, Málaga.

El mal de un mundo imperfecto, nuestra propia debilidad, las catástrofes diarias, las redes de maldad (droga, corrupción, hambre, guerras son siempre un motivo que nos hace dudar de Dios. Si Dios es Padre, debe serlo para algunos o muy mal padre es...

Nuestras pequeñas cabezas no dan mucho de sí y nos gustaría jugar a ser Dios, seguro que lo haríamos mucho mejor. El problema del mal nos puede llevar a algunas conclusiones:

1. Existe el pecado original, en nuestra naturaleza, una inclinación al mal fuerte, que debe ser combatida con el esfuerzo, una cierta disciplina, y por supuesto la gracia de Dios. Hasta la muerte, esa inclinación está presente. Existe el demonio también.

2. Somos libres. Y el mal uso de la libertad lleva a hacer cosas mal. Tan libres somos que podemos rechazar a Dios.

3. Existe la vida eterna, nuestro destino final, que hoy sólo apreciamos lo que vemos, y eso es lo más importante. Muchos últimos  pobres,  y desgraciados serán los primeros. Esto se olvida de continuo. No es una llamada al quietismo, a la pasividad, todo lo contrario, en esta vida nos jugamos la que viene.

4. Dios nos ha permitido llamarle Padre nuestro y para los que dicen que no nos quiere, pensemos y abandonémonos en el misterio de la pasión, cruz y muerte de su Hijo, por nosotros. Ese Padre, por decirlo así, no perdonó a su Hijo, que tuvo que morir por nosotros. No lo entiendo. Pero me sirve ese misterio para abandonarme en Dios y saber que sí es Padre y que me quiere, nos quiere, hasta la muerte de su Hijo.

 
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