Primera comunión

Hoy trece Mayo, día de la Virgen de Fátima, Lucía mi sobrina hace su primera comunión. Jesús habla de la Eucaristía en el capítulo sexto de San Juan. Para muchos discípulos es demasiado esa doctrina: ¿hemos de comer y beber tu cuerpo y sangre para llegar a la vida eterna?, esto es demasiado, lo dejamos, gracias. Jesús lejos de retener a esa gente con explicaciones, moderando su mensaje, les dice a los apóstoles, también queréis iros vosotros. 

Me emocionan las primeras comuniones, me acuerdo de la mía en 1965. Hoy Lucía, de blanco, (muchas niñas serán la única vez en su vida de blanco), se acercará a recibir a Jesús real y sacramental en la Eucaristía. Irá con toda su pureza de los nueve años, con ilusión, con toda la inocencia y el amor que sólo los niños pueden dar.

Los mayores con la frente y a veces, el alma marchita, con muchos costurones de la vida en el alma, volveremos a dar gracias a Dios por haberse hecho alimento para todos los cansados y agobiados del mundo. Ayer en broma le dije que le iba hacer un examen, me dijo que no entendía cómo en esa hostia blanca está Jesús, le dije que yo tampoco entendía, pero que lo creía con más verdad que con mis propios ojos. Me gustaría ser como Lucía para recibir a Jesús y por eso antes de comulgar recitaré: yo quisiera Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos, como Lucía en su primera comunión.