Los buenos

Está muy de moda, decir: en esta vida basta con ser buena persona: amable, enrollado, con cierto discurso, leal, llorar mucho con los colegas, abrazarse, es algo pero es muy poco. Yo de más joven también me creía " bueno" respecto a lo que consideraba la media de los que me rodeaban y juzgaba mucho a los demás.

Escrivá en Camino es casi cruel con la imagen del chico bueno;  “madera de santo”, no hay santos de madera y hace falta mucha obediencia  al acompañamiento espiritual, a la gracia, luchar. Sin eso, esa madera será buena para un buen fuego

Lo de ser bueno es muy relativo; con el tiempo he convivido con gente heroica, familias de porte y fondo, gente muy servicial sin ser servil y ya no ye ves tan "bueno". Un discípulo le llama a Jesús, " Maestro Bueno" y Jesús le dice, porqué me llamas bueno, si bueno es sólo Dios.

No sé quién decía, "me asomé al alma de un hombre bueno y me dio miedo". El que juzga es el Señor, tampoco las comparaciones son buenas. 

Un niño le pedía al buen Jesús: que los malos sean buenos y los buenos simpáticos.


 
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