Ironía cristiana

Imagen aérea del Vaticano.
Imagen aérea del Vaticano.

Que ciegos y atolondrados somos a veces. Cosas que nos parecen tremendamente importantes, no lo son y otras pequeñas sí lo son.

Nos preocupa la política, la actualidad, la radio, las leyes, las propuestas, nuestro orgullo, si dijeron, si no dijeron que si yo, que si tú, que si te acordaste, que si no.

¿Qué fue del comunismo?, ¿qué de la teología de la liberación? y ¿de Hans Kung? desde que no da clase en facultad católica, él mismo se da cuenta de que pinta poco, y de ¿Leonardo Boff?. Todo es muy relativo y muy importante a la vez.

Miro a la Capilla Sixtina, ahí está todo, el presente, el pasado y el futuro. Al final el que salva sabe y el que no, no sabe nada. ¿De qué te sirve ganar el mundo, si pierdes tu alma?.. Ah, hoy, de nuevo, uno me dijo que por qué el Papa no vende el Vaticano y se lo da a los pobres, pues porque el Vaticano es de los pobres y su presupuesto inferior al de la Universidad alguna Universidad española.

Vendamos el Guernica, el Thyssen, la Moncloa... y le dije que empezara por vender su 4x4, última gama. El día que dos enamorados se regalen un saco de cemento, hemos acabado.

 
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