Roma y Toledo

Roma se ha volcado con la Iglesia de Toledo. Con motivo del final del curso pastoral, la archidiócesis de Toledo ha peregrinado a Roma, con su arzobispo, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, a la cabeza. Varios han sido los actos de esta peregrinación. De entre ellos hay que destacar la celebración de la Misa en el Venerable Rito Hispano- Mozárabe, en la Basílica de San Pedro.

Estuvieron presentes en la santa misa los cardenales Ravasi, Monteiro de Castro, Santos Abril, De Giorgi, Herranz, Rodé, y Martino; y el Prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echeverría. Participaron además el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García Margallo, y el embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutiérrez Saenz de Buruaga.

La peregrinación, que tiene un sentido antropológico y espiritual, ha estado cargada de palabras y de gestos. De las palabras hay que destacar dos: la que ha dirigido el Papa a los fieles de esa archidiócesis, en el contexto de la celebración mozárabe, y la homilía que allí pronunció el arzobispo de Toledo.

El Papa Francisco, a través del Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, ha utilizado el término “Iglesia floreciente” para referirse a la construcción de la Iglesia en Toledo. Y ha añadido que esa antigua liturgia evoca “el testimonio de comunidades valientes y creativas, que han sabido preservar su identidad cristiana aun en condiciones difíciles y hostiles, y que son un ejemplo también para nuestros días”.

En la homilía del arzobispo de Toledo, un argumento clave: el recuerdo de quien fuera arzobispo de la sede Primada, el cardenal Marcelo González Martín. “Venimos porque queremos proclamar nuestra fe”, dijo Don Marcelo en aquella ocasión al Papa Juan Pablo II, agradeciendo al Vicario de Cristo la deferencia de presidir aquella celebración”, comentó monseñor Braulio Rodríguez en la homilía. Y añadió: “Hoy nos anima el mismo deseo, pues nuestra fe es católica y la revivimos cantando y recibiendo del Papa Francisco el aliento de aquel en el que hoy vive Pedro, presidiéndonos en la caridad”.

Una expresión de comunión añadida entre dos sedes históricas: “Hoy, como entonces, -dijo el arzobispo de Toledo- agradecemos a la Iglesia de Roma entonar juntos, en el canto de la catolicidad, esta expresión litúrgica, que contiene el mismo Credo y, por ello, una misma fe de los que seguimos al Hijo de Dios, hecho carne en las entrañas purísimas de María siempre Virgen, Esclava del Señor”.

 
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