El derecho a abortar

Bebé en el vientre materno.
Bebé en el vientre materno.

Se ha hecho pública la decisión de la Suprema Corte de México: “El Aborto es un Derecho Humano Internacional”. Cómo podemos calificar semejante barbaridad tiene su dificultad. ¿Cómo es posible que en un país eminentemente católico, los representantes más altos del derecho puedan proclamar, así por la buenas, que abortar es un derecho. Y además no se cortan a la hora de extender a todos semejante barbaridad: un derecho internacional.

No sabemos si tienen una inclinación o ansiedad de parecerse a los políticos y juristas de los países ateos de Europa. O pretenden ponerse del lado de los ciudadanos de planteamientos morales ínfimos, pensando que así ganan votos. ¿Es posible que la mayoría de los ciudadanos mexicanos tengan tan poco sentido cristiano y humano como para aprobar el asesinato del no nacido?

Unos amigos, casados hace poco más de un año, esperaban un hijo. En la primera revisión médica les dijeron que el bebé, una niña, tenía una enfermedad grave que le impediría vivir. Moriría al nacer, probablemente. No sé quién, pero hubo alguien que los animó a abortar. Pero estos amigos míos son católicos y rechazaron tajantemente tal posibilidad. ¿Cómo iban a matar a su niña? ¿A la hija que habían concebido con todo el amor de un matrimonio cristiano?

Así nos encontramos con la diferencia. Los cristianos, al menos los católicos, sabemos lo que vale una vida. Entendemos lo que significa el cielo, la eternidad, la felicidad indescriptible de estar junto a Dios, en una unidad con los seres queridos que dura la eternidad. Esa niña podría vivir lo que Dios quisiera, más o menos tiempo, y siempre quedaría la posibilidad de que viviera un tiempo con los padres o que hubiera un milagro y se curara. En todo caso podrían bautizarla y mandarla directamente al cielo.

Así ha sido. Vino al mundo, la bautizaron y murió enseguida. Es una niña, es la primera hija de estos jóvenes. Saben que tienen una hija en el cielo y eso les da mucha paz. ¿Cómo puede haber tanta aprobación y facilidad para abortar? Ya no es que sea posible o esté permitido, es que con cierta frecuencia hay médicos que lo recomiendan.

El problema más importante que encontramos en nuestras sociedades occidentales y, ya se ve, también en otros países muy cristianos, es que se concibe por error, por accidente. La relación sexual por puro placer, sin consideración en ningún momento del sentido de esa unión, que debería ser entre casados, lleva a un desorden moral que no se puede comparar con otros momentos de la historia.

Son pocos, todavía, los que son conscientes del mal que se hace a la sociedad promocionando el completo y consciente egoísmo. Solo se piensa en el placer. En todos los órdenes de la sociedad. Y tenemos en las portadas ciertos personajes famosos por las pantallas o por los espectáculos de diverso tipo, que dan un ejemplo manifiesto, nunca disimulado, de inmoralidad. Típico personaje que se casa con una, dos, tres mujeres, y nadie le critica. Ni siquiera las feministas, que podrían protestar por la falta de decencia con que se trata a muchas mujeres.

Si se pierde el sentido cristiano de la vida todo lo demás es posible y la sociedad queda reducida a una comunidad de egoístas, donde cada uno va a sacar lo mejor para él. Ya ni siquiera para su mujer o para sus hijos, porque ya no cuentan.

 
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