Propaganda Fide (IV). Arquitectura y significado Barroco

Boceto del dibujo del edificio de Propaganda Fide.
Boceto del dibujo del edificio de Propaganda Fide.

Como último capítulo, hacemos una reflexión o síntesis del significado de la cultura   barroca y su proyección en la arquitectura y la espiritualidad del momento.

En el renacimiento la arquitectura es representación, en el barroco es determinación, siendo su novedad edificatoria el que el espacio no incluye la arquitectura sino que fenomeniza su forma. Se da un “centro dominante” de lugares, recorridos y ámbitos jerarquizados donde el espacio no es un ente de razón, sino de situación.

Los centros religiosos como Roma, científicos, económicos y políticos eran focos de fuerzas irradiantes que vistas desde el propio centro no tenían límites de espacio. Partiendo de un punto fijo podían extenderse infinitamente.

Este arte de la Contrarreforma comunica los misterios divinos, unido a la vitalidad de las sensaciones, haciendo ver al espectador que la vida es buena y sana pudiéndose poner la fuerza al servicio de Dios. La persuasión, medio de todos los sistemas y metodologías, tenía como finalidad la participación. El mundo barroco se puede definir como un “Gran Teatro”.

También la idea de sistema y la de extensión y movimiento describen la arquitectura barroca, como en ninguna otra época, evidenciando la correspondencia entre forma de vida y contexto arquitectónico.

También en este siglo XVII hay un fuerte interés por el contraste y una nueva relación entre espacio interior y exterior. No se construye con “elementos” plásticos sino que consta de elementos espaciales que interactúan de acuerdo con las “fuerzas” exteriores e interiores del edificio. La fachada es función tanto del espacio exterior urbano como del edificio al que pertenece.

Las iglesias aun teniendo un gran valor plástico y “monumental” no quedaban aisladas del conjunto; Pierden su sentido unitario para difuminar su singularidad plástica en el entorno y representar su identificación o integración en el sistema.

El espacio entre los edificios, es verdadero elemento constitutivo de la totalidad urbana. El plan de Sixto V es una planificación de espacios más que una distribución de edificios. La ciudad converge o irradia de edificios “monumentales”, de valor prioritario en el sistema. San Pedro sería el prototipo de tales monumentos.

La plaza con larga tradición pública y civil, “corazón” de la ciudad fue transformada en el barroco en parte del sistema ideológico general. Bernini en San Pietro con las columnatas rodeando la plaza simboliza los “brazos abiertos y envolventes de la iglesia.

 

El palacio del soberano no se conforma con la sutil relación entre el edificio y el ambiente cívico de los palacios renacentistas. Se caracteriza como centro focal de fuerzas extendidas libremente en el espacio; algo muy diferente y de dimensión mayor que la apretada trama de la ciudad medieval.

La tipología de las iglesias grandes es de planta longitudinal con un centro señalado por una cúpula o una rotonda incorporada, mientras que las más pequeñas y las capillas muestran soluciones de planta central con un eje longitudinal, como en nuestro caso del Oratorio Degli Reggi Maggi.

La cúpula ya no es símbolo de una abstracta armonía cósmica, sino que su eje vertical forma contraste expresivo y persuasivo con el movimiento horizontal: El camino de la redención y la bóveda celeste.

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