El desafío de ser cristiano en el trabajo

Imagen de Ben Kerckx de Pixabay.
Imagen de Ben Kerckx de Pixabay.

No siempre es fácil conciliar la moral cristiana con las exigencias de la vida profesional, la cultura de la empresa en la que trabajamos y los valores de la competitividad que se imponen en el mundo laboral.

De hecho, en ocasiones podemos sentir que agonizamos entre nuestra vida laboral y nuestros deberes como cristianos. Por tal motivo, cada vez son más las empresas que intentan reconciliar ambos aspectos, mostrando una auténtica preocupación por el respeto del trabajador y la calidad de vida en el trabajo. Un ejemplo de estas iniciativas son los grupos de empresarios cristianos que se reúnen en algunas parroquias o que crean grupos de oración para apoyarse. 

Y hablando de trabajo, ¿sabías que el 1 de mayo se ha celebrado el día del trabajador y también la fiesta de San José obrero?

¡Así como lo oyes!: desde 1955, por iniciativa del Papa Pío XII, el 1 de mayo no solo se rinde homenaje a las personas que trabajan, sino también a San José obrero, patrono de los trabajadores. De hecho, esta es la ocasión perfecta en la cual la Iglesia resalta el hecho de que el trabajo nos humaniza, cuando se pone como prioridad el aspecto humano, y nos santifica, cuando ponemos a Dios en el centro de nuestra vida laboral. Al respecto, en la exhortación apostólica Redemptoris Custos, el papa Juan Pablo II se refirió diciendo:

"Gracias a su banco de trabajo sobre el que ejercía su profesión con Jesús, José acercó el trabajo humano al misterio de la redención. En el crecimiento humano de Jesús «en sabiduría, edad y gracia» representó una parte notable la virtud de la laboriosidad, al ser «el trabajo un bien del hombre» que «transforma la naturaleza» y que hace al hombre «en cierto sentido más hombre»”.

Así pues, este mes de mayo estamos invitados a orar a San José para que, por medio de su intercesión, nuestros lugares de trabajo sean lugares donde podamos crecer y realizarnos profesionalmente.

Y, cada vez que tengamos dificultades en el trabajo, podemos confiarlo al Señor y recordar las palabras que nos dijo el apóstol Pablo en la carta a los Colosenses:
Cualquiera sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará, haciéndolos sus herederos. Ustedes sirven a Cristo, el Señor” (Colosenses 3:23-24).

¿Qué tal si en este mes de mayo encomendamos a Dios y a San José nuestros problemas y asuntos laborales, aceptando el desafío de ser cristianos en nuestro trabajo?

Escrito por: Alice Ollivier de Hozana.org

 

Traducido y adaptado del francés por Sharael Sánchez

 

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