Encuentro anual de Comunión y Liberación

Un sacerdote italiano, de madre cristiana y padre musulmán, cuenta su historia en el Meeting de Rimini

Nur el Din Nassar relata que su padre se enfadó con él, pero más tarde aceptó su vocación por amor

El sacerdote Nur el Din Nassar.
El sacerdote Nur el Din Nassar.

Nur el Din Nassar, de 36 años, sacerdote de la diócesis italiana de Novara, es hijo de madre católica y de padre musulmán de Egipto. Ha relatado su historia en el Meeting de Rimini, el encuentro internacional cultural que celebra anualmente el movimiento Comunión y Liberación.  “Yo, el hijo de un musulmán, soy ahora feliz, pero he soportado una gran cruz”, ha declarado.

Don Nur el Din es el mayor de tres hermanos y ha relatado su experiencia en el Meeting de Rimini que se ha celebrado del 20 al 26 de agosto en la ciudad italiana. Aunque cada frase va acompañada de una sonrisa, lo cierto es que este sacerdote ha declarado que ha experimentado el peso de la cruz para continuar con su vocación.

En este encuentro de Comunión y Liberación, el sacerdote cuenta que sus padres le dieron libertad para seguir su propio camino. Sus padres estaban muy arraigados en la fe, pero como había pocas mezquitas en los años ochenta, prevaleció la religión materna y recibió catequesis, aunque no los sacramentos.

Aunque tuvo pocas ocasiones de ir a la mezquita en Italia, el islam se respiró en su casa: “Mi padre se levantaba todos los días antes del amanecer para la primera de las oraciones diarias. Mi madre me transmitió una fe simple pero fuerte y creo que, por esta razón, mis padres han logrado permanecer juntos hasta el final”.

Jesús y Alá

Creciendo en una familia donde, antes de cada comida, rezaban a Jesús por un lado y a Alá por el otro, Nur el Din nunca corrió el riesgo mezclar las religiones. “Mi padre siempre me enseñó la diferencia entre ambas y yo aprendí de las dos”.

Después de una adolescencia problemática, conoció a un sacerdote de África que “me enseñó que el cristianismo es una relación, no un conjunto de reglas”, y esto le llevo a recibir los sacramentos en 2002. Esto fue el inicio del camino al sacerdocio.

“Cuando mi padre supo que yo quería ser sacerdote, se enfadó mucho y sufrió. Me retiró la palabra durante seis meses. Cada vez que iba a casa, se encerraba en su habitación. Después, supe que se pasó un año rezando, pidiendo a Dios que sanara su corazón y apagara su ira. Más tarde, empezamos a hablar de nuevo y nació una relación muy hermosa entre los dos. Mi padre era una buena persona, pero no entendía algunos aspectos de la fe católica, como el significado del celibato y de la Trinidad”.

Funeral musulmán

Después de su ordenación, el padre de Nur el Din enfermó y murió, pero "siempre permaneció sereno y feliz hasta el final. Creía en la existencia de Dios y del Paraíso. Y su funeral fue una verdadera celebración de musulmanes por una parte y de cristianos por otra, rezando el rosario. La simplicidad y el espíritu de mi padre de misericordia y de paz, me enseñaron muchas cosas: mi padre tuvo que tragarse un gran dolor, pero lo digirió por amor”, ha expuesto en el Meeting.

Este sacerdote ha declarado en alguna otra ocasión que los cristianos “debemos volver a recuperar nuestra identidad. Necesitamos una conversión de nuestro corazón. De lo contrario, corremos el riesgo de caer en estereotipos que son realmente muy peligrosos”. 


 

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