El regreso del cardenal Cañizares

Cuando el próximo día 4 de octubre, el cardenal Cañizares tome posesión de la diócesis de Valencia, se habrá iniciado un nuevo momento de cambio en la Curia vaticana y en el colegio cardenalicio. Un cambio que no responde aún a lo acordado en el G-8 +1, sino a la voluntad expresa del cardenal español por volver a su tierra, a España, en la medida en que ha considerado que su misión romana había concluido.

Se anuncian para los días próximos importantes relevos en sedes de peso en la Iglesia; muchos de ellos motivados por los cardenales que han cumplido la edad de jubilación, principalmente en América Latina.

En el marco de las efemérides Teresianas, el cardenal Cañizares ha regresado a su país en el inicio del curso –y ahí puede estar una de las claves de este acelerado proceso de configuración del nuevo curso en la Iglesia en España-. Un inicio de curso que, además, ha tenido muy en cuenta el hecho de que los protagonistas, los nuevos arzobispo de Madrid y Valencia, pertenecen a una generación pareja, la que está en el entorno de los nacidos en el año 45 del siglo pasado.

El cardenal Cañizares cuenta con la experiencia de catolicidad que ha vivido en estos últimos años. Su biografía representa la geografía de aplicación de los últimos pontificados. No sería extraño que pronto le veamos rodeado de sus obispo auxiliares, dado que si hay una diócesis que conoce bien es la suya natal, Valencia. Una Iglesia que sigue acaparando el protagonismo de la historia de la Iglesia contemporánea con el número, y la calidad, de obispos que ha dado a otras Iglesia en España. Hay quien dice que el nombramiento del cardenal Rouco Varela para la sede de Madrid se produjo después del accidente que costó la vida a monseñor Miguel Roca. Una paradoja de la historia vista en la perspectiva del tiempo.

  No sería extraño que el cardenal Antonio Cañizares convierta a la Iglesia en Valencia en la “Milán” de España. Es decir, en una Iglesia de referencia en la presencia pública, con las temáticas de fondo y forma que afectan a la general marcha de la historia.

Es más que previsible que los tiempos en los que desarrolle este pontificado, y el de Madrid, no sean fáciles para las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Se podría pensar que Madrid se dedicará con prioridad a las relaciones de la Iglesia con la sociedad; y Valencia a las de la Iglesia con el Estado.  Voces complementarias a la de la Conferencia Episcopal Española. Conferencia a la que es más que previsible, en la Asamblea Plenaria del mes de Noviembre, se incorpore el cardenal Cañizares  a su Comité Ejecutivo. Un Ejecutivo al que pertenece el arzobispo de Madrid por pleno derecho y, en este caso, con razón añadida por ser Vicepresidente.

José Francisco Serrano Oceja


 
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