Argentino, esposo y padre de nueve hijos

El postulador del primer empresario santo: “Bergoglio no creía que un rico pudiera llegar a los altares”

Francisco tuvo dudas del caso durante su etapa como arzobispo de Buenos Aires. El Vaticano podría acelerar la canonización de Enrique Shaw, sin acreditar un milagro

Enrique Shaw con su familia.
Enrique Shaw con su familia.

El proceso de canonización de Enrique Shaw, “el empresario de Dios”, podría acelerarse, según anuncia uno de los postuladores. En 1996 se inició la causa en la diócesis de Buenos Aires, pero el entonces arzobispo, Jorge Mario Bergoglio, al igual que sus colaboradores, no creían que un empresario y rico, pudiera llegar a los altares. “Ahora el Papa le llama santo”, dice uno de los postuladores.

La Iglesia busca modelos de santidad en el mundo actual y también, en los negocios y las empresas. Esta es una de las razones por las que el Vaticano podría acelerar el proceso de canonización del siervo de Dios, Enrique Shaw, empresario, rico, esposo y padre de nueve hijos. Murió con 41 años de un cáncer.

“En el Vaticano se están llevando a cabo ciertas reformas, entre ellas los asuntos económicos. Se pretende vivir con más austeridad y abaratar costes. Esta es una de las razones por las que podrían acelerarse algunos procesos de canonización, sin necesidad de acreditar milagros y saltarse esta parte. El Papa tiene la facultad de declarar santo a personas que no han hecho milagros”, señala a Religión Confidencial uno de los postuladores de Enrique Shaw.

Durante doce años, la causa de Shaw estuvo paralizada en la diócesis de Buenos Aires. Fue el sustituto de Jorge Mario Bergoglio, monseñor Mario Aurelio Poli (cardenal y actual arzobispo de Buenos Aires) el que impulsó la causa de canonización de Enrique Shaw. “Fue quien convenció al actual Papa a que se presentasen las pruebas y los testimonios. Una vez vistas las pruebas, monseñor Poli dijo de Shaw que había vivido una superabundancia de vida teologal, y había desempeñado las virtudes de la justicia, fortaleza, prudencia y templanza en grado superlativo”, señala el postulador a este digital.

Enrique Shaw nació en 1921 y murió en 1962. Se adelantó a la doctrina social de la Iglesia “incluso dio lecciones al Papa Pio XII”, señala el postulador. Fue fundador y primer dirigente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa. Trataba a los obreros y empleados como colaboradores.

No se cansaba de repetir que la desocupación era un mal moral, antes que un mal económico y que en periodos de dificultades económicas, no debe ser el despido la primera solución a encarar. Decía a sus colegas que las virtudes del empresario son la eficacia, la energía y la iniciativa. “El empresario ha de ver a Cristo en la empresa”, afirmaba.

Un profeta de su tiempo, que se empeñó en que empleados y empleadores velaran los unos por los otros. “La desocupación es un mal moral porque viola los designios de Dios, que quiere que el hombre trabaje y obtenga de su trabajo los medios para vivir él y los suyos una vida humana útil a la comunidad”, escribía en sus apuntes.

“Enrique fue un modelo. Dios le dio muchos talentos y supo multiplicarlos plenamente y los compartió con el prójimo. El Papa dice de él que Dios le dio riquezas pero que supo administrarlas bien. Hizo posible que la rentabilidad empresarial y la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia en la empresa pudieran darse simultáneamente. La forma heroica con que vivió su enfermedad, es otro ejemplo de su posible santidad. Fue casi un martirio que lo vivió con alegría y sufrió por los demás”, señala el postulador a este digital.

 

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