El papa avisa: no le gustan los trepas

Ante más de 800 monjas, el papa les dijo que sin ellas en la Iglesia faltaría la ternura de madre, pero también les advirtió de los arribistas, los escaladores y de los que usan a sus hermanos para sus propios intereses y ambiciones personales que son los que hacen un gran daño a la Iglesia.

Fue durante la reunión con las participantes a la Asamblea General de la Unión Internacional de Superioras Generales en el aula Pablo VI. Papa les recordó el sentido de los votos que hicieron. La obediencia "como escucha de la voluntad de Dios, en la moción interior del Espíritu Santo refrendada por la Iglesia, aceptando que la obediencia pase también por la mediación humana". La pobreza que es "la alegría de lo esencial" que se aprende tocando la carne pobre de Cristo en los humildes, los pobres, los enfermos".

Y cuando llegó el turno de que Francisco explicara la castidad, el papa habló bien claro. Dijo que es un carisma precioso, que ensancha la libertad de darse a Dios. Pero sobre todo pidió a las 800 monjas presentes que este voto fuera fecundo, que no se tratara de una simple renuncia sino que diera fruto. Y especialmente que fueran madres de hijos espirituales, no solteronas. "Por favor, una castidad 'fecunda', que genere hijos espirituales en la Iglesia. La consagrada es madre, debe ser madre y ¡no una solterona! Disculpadme si hablo así, pero es importante esta maternidad de la vida consagrada, ¡esta fecundidad!", dijo el papa.

Las monjas presentes representaban a otras miles porque se trataba de las superioras generales. Por eso Francisco habló también y muy fuertemente de la tarea de gobierno que ellas desempeñan y sobre todo de los que utilizan su poder dentro de la Iglesia -a todos los niveles- para sus intereses personales. Aquí lo dijo con palabras, pero el consejo de los ocho cardenales que él ha elegido para la reforma de la Curia es su gesto que dirige hacia el mismo sentido. La limpieza de quienes hacen su interés a costa de los demás, de los "arribistas, escaladores, los que utilizan al pueblo, la Iglesia, los hermanos -a quienes deben servir- como trampolín para sus propios intereses y las ambiciones personales. Éstos hacen un gran daño a a Iglesia". Más claro agua. Uno de las frases más evidentes contra el carrerismo dentro y fuera de la Curia. Una de las frases más claras al daño que hace dentro de la Iglesia seguir las propias ambiciones a costa de los demás, y sobre todo,dejando de lado la llamada que le llevó hasta allí.

Y a pesar de la advertencia, de la sacudida, Francisco, acto seguido les recordó su importancia dentro de la Iglesia. Les dijo a las consagradas que con los distintos colores de sus hábitos coloreaban el Aula Pablo VI. Y les resumió en tres puntos este encuentro: "Centralidad de Cristo y su Evangelio, autoridad como servicio de amor "sentir" en y con la Madre Iglesia", les dijo el Papa. Y terminó el encuentro agradeciéndoles y recordando su misión fundamental dentro de ella: "mi gratitud ante vuestro trabajo no siempre fácil. ¿Qué sería de la Iglesia sin vosotras? ¡Le faltaría maternidad, afecto, ternura e intuición de madre!".

@blancaruizanton

 

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