El mensaje del cardenal Reinhard Marx

Cardenal Reinhard Marx.
Cardenal Reinhard Marx.

En medio del proceso sinodal, el cardenal presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Reinhard Marx, ha anunciado que no se presentará a la próxima reelección a Presidente de la Conferencia Episcopal. Ha aducido, como principal razón, o al menos así lo han destacado los medios, que “es el turno de las jóvenes generaciones”.

Está claro que algún lector, acostumbrado a la analogía entis, ya habrá pensado que traigo a colación este argumento por las próximas elecciones a Presidente de la Conferencia Episcopal Española. No sé si además de los motivos que aduce el cardenal Marx en su carta hay algún, o algunos otros, no confesados. ¿Roma? Pero que conste algunos de sus hermanos de púrpura que le admiran tanto, bien pudieran pensar que quizá por aquí también haya llegado la hora de dar paso a las nuevas generaciones.

Probablemente los argumentos que yo usaría no serían los mismos que los del cardenal Marx, ni los de sus admiradores españoles, pero en el fin coincidimos. Volvamos al argumento principal. Implica que, al menos, en Alemania hay una generación de obispos jóvenes que son capaces de tomar las riendas. ¿Acaso alguien piensa que en España no la hay?

Sigo sin comprender ese argumento repetido que quien dice que no pocos quieren jubilar a una generación de obispos españoles. Pero si quien marca las horas es el reloj biológico. Por cierto, jubilar, quien jubila, es el Papa. Otra cosa es que no pocas veces no se entiendan los criterios que se utilizan para jubilar a unos en un momento y a otros en otro. Pero no lo tenemos por qué saber todo o quizá no lo tenemos que decir todo. Pongo un caso. Quizá haya alguna razón que se nos escape que haga que
Toledo sí y Zaragoza no, por no citar otro que puede sorprendernos.

Fijémonos en la edad del actual cardenal arzobispo de Múnich y Frisinga, que nació en 1953, es decir, está camino de los 67 años. Sorprende que lo anuncie en medio del camino sinodal, que se debe en gran parte a su impulso. Un camino que concluirá y habrá que aplicarlo.

No hay que olvidar que el purpurado alemán es, en no poca media, responsable de algunas decisiones y actuaciones de la Iglesia en Alemania, al menos, que están complicando el escenario público de la Iglesia.

Esperemos que al próximo presidente de la Conferencia Episcopal Española no se le ocurra meternos en un Camino Sinodal de la Iglesia en España. Si tiene alguna tentación que relea este texto de 1998. Quien lo escribió fue Gerhard L. Müller. Sí cuando se le podía citar sin levantar sospechas. Dice así:
“Parece que el llamado “Plebiscito eclesial” celebrado en los países de lengua alemana en 1996/97 tuvo que ver con esa esperanza. Tema capital –junto a la abolición del celibato sacerdotal, a la crítica de la indisolubilidad del matrimonio y al enmarque de la sexualidad en la comunidad personal de hombre y mujer en el matrimonio- fue la exigencia de que se permitiera a las mujeres acceder a todos los ministerios; más concretamente al sacramento del orden.

Algunas de esas exigencias tocan cuestiones de fe; por ejemplo, a la concepción sacramental de la Iglesia. Pero también está en juego la cuestión teórica acerca de cuáles son las bases en las que se asienta el Credo de la Iglesia, y sobre cual es la instancia interpretativa por la que se rige su conciencia de fe”. Pues eso, un buen mensaje a quien corresponda del cardenal Reinhard Marx.

 
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