Las malas ideas que perduran

El investigador y filósofo Samuel Gregg analiza los riesgos y tentaciones más comunes contra la cultura occidental

Samuel Gregg.
Samuel Gregg.

Razón, fe y lucha por la civilización occidental

Samuel Gregg

Homo Legens

“El principal desafío al que se enfrenta lo que llamamos Occidente no es político, ni económico… Occidente se ha moldeado gracias a un relación entre y fe cuyas formas, para bien y para mal, son subterráneas en muchos sentidos”. 

Este es el arranque de este libro que, con un certero prólogo de José María Contreras, el director de investigación del Acton Institute, Samuel Gregg, nos ofrece en la editorial Homo Legens. Un texto que tiene un especial valor para procesos formativos, para la educación cultural, para la comprensión de la cultura en la que estamos inmersos, para descubrir, incluso, cuáles son los riesgos y las tentaciones más comunes contra nuestra cultura occidental.  

Lo primero que hay que agradecer a Homo Legens, editorial que en poco tiempo ha adquirido una notable penetración en el público lector, quizá porque ha sabido “fidelizar” a su audiencia –según los datos de distribución-, es que se ha dado prisa en traducir este libro del profesor Gregg, firma habitual en los medios conservadores anglosajones.

Joseph Ratzinger y Johnn Finnis

En esta ocasión, nuestro autor nos ofrece una historia de las ideas, de la idea de libertad, a partir del marco de dos pensadores de los que se siente profundamente deudor, Joseph Ratzinger y Johnn Finnis, eminente jurista. Tampoco están muy lejos de sus afirmaciones y perspectivas autores como Vernon L. Smith, E. Voeglein y Michael Novak. Por cierto que en las partes dedicadas al Islam, Gregg sigue, con indudable acierto, al jesuita Samir Khalil Samir.

La tesis del libro es clara: “La integración única de la razón y la fe en Occidente –específicamente la fe judía y la fe cristiana- han fomentado las ideas, obligaciones e instituciones que confieren a Occidente el núcleo de su identidad. Pero también observaremos cómo concepciones erróneas sobre la razón y la fe han permitido el surgimiento de movimientos intelectuales como el cientificismo, el marxismo y el nitzscheanismo –y fenómenos más recientes como la religión liberal, el relativismo autoritario y el islamismo-, que corroen y amenazan a esas mismas ideas, obligaciones e instituciones”.

Idea de libertad 

A partir de aquí el libro se convierte en una sintética y bien enfocada historia de las ideas, en particular de la idea de libertad, en la media en que Lord Acton señalaba que la historia occidental es una marcha, a trancas y barrancas, desde la opresión a la libertad. Libertad entendida como el compromiso con la indagación razonada en la búsqueda de la verdad.

 

Todo el recorrido histórico de múltiples autores, bien citados, bien traídos, bien explicados, concluye con la idea de que el ataque a Occidente de terroristas con una motivación religiosa, el desmoronamiento en la reducción de la razón a la ciencia, el hundimiento de la fe en sentimentalismo, cuando no en repudio, incluso la deformación del cristianismo y su conversión en una religión liberal, tienen más en común de lo que parece. Reflejan diversas patologías de la fe, de la razón, y por tanto de las relaciones entre ambas.

Cristianismo y civilización occidental 

Por supuesto que este libro también es un tratado sobre lo que el cristianismo ha aportado a la civilización occidental, una cuestión que abordó con mucho acierto el profesor Dalmacio Negro en un estudio ya clásico. De hecho, en el final del texto se especifican una serie de tareas, horizontes de nueva comprensión, a las que el cristianismo de hoy debiera prestar particular incidencia explicativa y propositiva. Las referidas a la creación, la libertad, la justicia y, por supuesto, la fe.

No son desdeñables las páginas en las que Samuel Gregg dedica a la Ilustración, y a los católicos que fueron capaces de dialogar con la Ilustración, a la religión liberal de John Stuart Mill, o las dedicadas a Nietzsche, a Marx y al marxismo, al totalitarismo, y al análisis del Islamismo desde una adecuada teoría del voluntarismo.

Una de las conclusiones más claras del libro es que las malas ideas parece que siempre encuentran un modo de perdurar. Atentos pues a lo que está pasando, y puede pasar, con la libertad y con las malas ideas que atentan contra la libertad.

Portada del libro.

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