Será difícil poner fin al último cisma del siglo XX

Por ahora no parece que los Lefebvrianos estén dispuestos a firmar el preámbulo doctrinal que el Vaticano entregó a sus máximos responsables hace tres semanas y que es la condición escencial para acabar con la ruptura entre la Fraternidad de San Pío X y la Iglesia católica.

Aunque está previsto que los superiores lefebvrianos se reúnan para discutir el documento vaticano entre el 7 y 8 de octubre en Albano, a 20 km de Roma, algunas declaraciones de los últimos días hacen suponer que no van ha aceptar la mano tendida por el Vaticano.

El preámbulo doctrinal que el Vaticano pide que acepten es un documento privado del que se desconoce su contenido aunque según se ha podido saber, en el documento se pide a los Lefebvrianos que moderen el tono de sus críticas y que digan lo que tengan que decir de manera respetuosa y filial, pero parece que los Lefebvrianos no están por la labor.

Sin ir más lejos, hace pocos días Niklaus Pfluger, primer asistente general de la Fraternidad, y una de las personas que fue a recoger la oferta del Vaticano, criticaba duramente la beatificación de Juan Pablo II y el encuentro por la paz que tendrá Benedicto XVI el próximo 27 de octubre en Asís con líderes de otras religiones. También subrayaba que cualquier propuesta que se les haga debe garantizarles la libertad de continuar con su obra y de criticar lo que ellos llaman la "Roma modernista" y por lo tanto veía muy difícil lograr la comunión con Roma

Hace dos días, el superior lefebvriano del Distrito de Francia, Régis de Cacqueray, refiriéndose al encuentro de Asís, hacia un llamamiento a todos los católicos para promover un clima de expiación y reparación por lo que él considera un pecado público terrible y explicaba su intención de organizar mil misas en reparación de este encuentro que considera escandaloso.

También el obispo Bernard Fellay, superior general de la Fraternidad de San Pío X, ha expresado su perplegidad. El preámbulo doctrinal que el Vaticano pide que los lefebvrianos firmen es breve y conciso y aunque los lefebvrianos pueden modificar la forma no pueden modificar la esencia. Fellay considera el texto más complejo de lo que parece a simple vista y dice que el principal problema radica en entender efectivamente cuál es su esencia.

Si por parte de los lefebvrianos hay muchas dudas y voces contrarias, por parte del Vaticano parece todo lo contrario. Según monseñor Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, que es la comisión que ha negociado con los lefebvrianos la sanación del cisma, el Vaticano espera una respuesta positiva por parte de la Fraternidad y no se plantea que los lefebvrianos puedan rechazar el documento.

El preámbulo doctrinal es hasta ahora el último paso en un proceso que comenzó en 2007 cuando Benedicto XVI autorizó con un Motu Propio la celebración de la Misa pre conciliar. En enero de 2009 el Papa revocó la excomunión de los obispos lefebvrianos e instauró la comisión Ecclesia Dei para estudiar junto con la Fraternidad las diferencias y buscar una solución.

La Fraternidad de San Pio X cuenta actualmente con 4 obispos, 500 sacerdotes, unos 200 seminaristas, 100 religiosos, 100 religiosas y al rededor de un millón de fieles repartidos en 31 países.

 

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