¿Somos los cristianos proselitistas?

-Pero entonces, siguió el joven profesional, ¿tenemos que actuar en contra de la libertad de los demás, conculcar sus principios, para imponerles nuestra religión?

Tampoco esta vez dudé mucho, y fui rotundo, lo reconozco:

-En absoluto. Los cristianos no inculcamos los principios de nadie. Nosotros anunciamos el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado por amor a nosotros, y para nuestra salvación. Anunciamos esta Verdad, le comenté. Si nos cree, esa persona se convierte en prosélito cristiano, y nosotros hacemos proselitismo. Y así seguiremos hasta el final de la historia de los hombres en la tierra.

Y lo somos, ya continué ayudándole a aclarar sus ideas, sencillamente porque somos fieles al mandato de Nuestro Señor Jesucristo: "Id y predicad a todas las gentes" Y así lo hemos vividos desde el primer día de Pentecostés. Los primeros cristianos, apenas recibido el Espíritu Santo, salieron a predicar; y entre los que escucharon y acogieron sus palabras, bautizaron a varios miles de personas. Aquel día la Iglesia hizo mucho prosélitos.

Hoy estamos ante un momento cultural en el que las palabras son manipuladas por quienes pretenden quitar sentido a la realidad, y convertir el mundo en "su imagen y semejanza". La llamada "ideología de género" es una buena muestra. ¿Cómo manipulan las palabras? Pretenden quitarles el sentido original y verdadero, y darles el contenido que a cada cual le convenga en cada caso. La mente calenturienta del ser humano da para mucho; y con estas manipulaciones lo que se anhela es que cada hombre o mujer se convierta en su propia "verdad", en su "propio sentido".

De ahí a la "locura" hay un paso; y muchos, por desgracia, lo dan.

Y una de esas palabras manoseadas y desvirtuadas es, precisamente, proselitismo.

"Proselitismo: celo de ganar prosélitos" "Prosélito:Persona incorporada a una religión". Estas son las definiciones sencillas y claras del Diccionario de la Real Academia. Si alguien considera que detrás de ese "celo" hay presiones psicológicas, neurológicas, hormonales, mágicas, etc , etc, allá él, pero esas pretendidas presiones nada tienen que ver con el proselitismo.

El proselitismo, y más el proselitismo de los cristianos, nace del amor a Dios; del amor al verdadero y único Dios, y a Dios encarnado, Cristo Jesús, en Quien creemos los cristianos los católicos..

 

El Papa Francisco animó con estas palabras a los jóvenes que se encontró en Asís, recientemente: "Jóvenes de la Umbria: "Id con valentía. Con el Evangelio en el corazón y en las manos, dad testimonio de la Fe con vuestra vida; llevad a Cristo a vuestras casa, y anunciadlo entre vuestros amigos; acogedlo y servirlo a los pobres".

Les está animando, y con bastante claridad, a ser proselitistas. Y no podía ser de otra manera; porque Cristo es el "esperado" de las naciones; y seguirá siendo "esperado" hasta el fin del mundo; porque los cristianos haríamos una gran traición a Dios y a los hombres, si no fuéramos "proselitistas".

Los cristianos hemos de estar atentos a no dejarnos "robar" palabras que forman parte de nuestra acción en la tierra. "Proselitismo" es una de ellas. Hoy se adora a Cristo en todos los rincones de la tierra; hoy creen en Él hombres y mujeres de todas las razas, de todas las culturas, de todos los pueblos de la tierra porque ninguna generación de cristianos, de católicos, ha dejado de ser "proselitista".

Todos podemos ser conscientes de como se ha desvirtuado el sentido, y la consideración cultural, de palabras tan nobles como "amor"; "caridad", "virginidad"; "lealtad"; "sacrificio", etc. etc. La batalla del lenguaje está en pleno desarrollo. Una persona que diga que "hace el amor", en el sentido más carnal de la palabra, ¿que entenderá cuando oiga que hay que dar la vida por amor al prójimo", por "amor a los demás". Si se sustituye "caridad" por "ser solidario", "caridad" pierde todo su sentido de amor y de sacrificio por los demás, y de ver a Cristo en los demás. "Solidario" puede ser uno con otro cualquier en una acción terrorista; en un asesinato; en un robo; en un partido de fútbol; en una fiesta.

Si algún día la Iglesia dejara de ser proselitista, cosa imposible porque dejaría de seguir a Cristo, se convertiría sencillamente en una de esas organizaciones que el Papa recuerda a menudo: una ONG.

Ernesto Juliá Díazernesto.julia@gmail.com

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato