Primera jornada sobre bioética en España

Una científica norteamericana compara los vientres del alquiler con el tráfico de órganos y la esclavitud

Jeniffer Lahl, del Center for Bioethics and Culture Network, afirma que la maternidad subrogada incita a la explotación reproductiva de las mujeres

Mónica López Barahona, presidenta de la Fundación Jerôme, Luis Peral, diputado autonómico del PP, y la americana Jeniffer Lahl.
Mónica López Barahona, presidenta de la Fundación Jerôme, Luis Peral, diputado autonómico del PP, y la americana Jeniffer Lahl.

La maternidad subrogada es uno de los temas que más protagonismo ha tomado en la agenda pública, tanto a nivel nacional como internacional. Con el objetivo de analizar el impacto económico y el negocio que se genera en torno a esta manera de gestación, así como también las cuestiones bioéticas y biojurídicas que subyacen a la mercantilización del útero de miles de mujeres en todo el mundo, la Fundación Jerôme Lejeune ha organizado la jornada “Alquiler de úteros: ¿es subrogable la maternidad?”.

Se trata de la primera conversación sobre bioética que se celebra en España. El acto, celebrado en el auditorio de la Fundación Rafael del Pino, ha contado con la presencia de dos de las más destacadas especialistas en gestación subrogada a nivel global: Jeniffer Lahl, fundadora y presidenta del Center For Bioethics and Culture Network (CBC), y Mónica López Barahona, presidenta de la Fundación Jerôme Lejeune España y doctora en Ciencias Químicas con especialidad en Bioquímica y Bilogía Molecular por la Universidad Complutense de Madrid.

Estas expertas han reclamado un debate riguroso en torno a las cuestiones bioéticas y legales que plantea la maternidad subrogada. “Todos estos problemas hacen necesario un debate profundo en España sobre los vientres de alquiler antes de cualquier regulación.  Por ello, con la celebración de este encuentro se quiere aportar luz en torno a la maternidad subrogada, de forma que la ciudadanía conozca realmente qué implica la concepción de un niño mediante gestación subrogada” ha explicado Mónica López Barahona. 

Por su parte, Jeniffer Lahl ha incidido sobre las situaciones de desigualdad y, en muchos casos, de explotación que sufren miles de mujeres en el mundo, sobre todo en países en vías de desarrollo. “Al tratarse la gestación subrogada de una actividad ilegal en la mayor parte de países del mundo, no existe una legislación global bajo la que puedan ampararse las mujeres que han alquilado su vientre bajo condiciones poco claras o que remitan a situaciones de explotación” ha señalado la directora del CBC.

Negocio millonario en la India  

En este sentido, se ha analizado el caso de India, donde el sector de los vientres de alquiler genera un volumen de negocio de entre 1.000 y 2.300 millones de dólares al año. “Allí, en función del tipo de contrato de subrogación que haya firmado, la mujer puede ser trasladada desde su lugar de residencia a una clínica que no podrá abandonar hasta que finalice el período gestacional”, ha destacado Lahl.

También se ha abordado el problema de la regulación. “Del mismo modo que a lo largo de la historia no hemos permitido que la esclavitud o el tráfico de órganos fueran legales, no debemos  hacerlo tampoco con la maternidad subrogada. No podemos plantearnos regular algo que provoca daño en tantas mujeres en el mundo”, ha comentado la especialista estadounidense.

La jornada ha servido también para poner en cuestión la vulneración de los derechos de los futuros bebés que implica la gestación subrogada. Por un lado, en cuanto a la imposibilidad que tienen los niños nacidos mediante vientre de alquiler para conocer a sus padres biológicos y sobre el vacío legal que implica para el niño la maternidad subrogada con respecto a la filiación, ya que hasta seis personas pueden reconocer su paternidad.

Desechar bebés con anomalías  

“Pueden llegar a ser hasta seis adultos los que reclamen la paternidad de cada bebé nacido de un vientre de alquiler: la madre genética o biológica (donante de óvulos), la madre gestante (el vientre de alquiler), la mujer que ha encargado el bebé, el padre biológico (el donante de esperma) la pareja de la madre gestante (que tiene la presunción de paternidad), y la pareja de la mujer que ha encargado el bebé”, ha indicado López Barahona.

Por último, también se ha reivindicado el derecho a la vida de los fetos gestados mediante vientre de alquiler. Y es que, si durante el período de gestación se detecta cualquier tipo de anomalía en el desarrollo del feto, los progenitores que han realizado el pago por el vientre de alquiler, tienen la potestad para decidir si se realiza o no un aborto, sin importar que la madre biológica esté de acuerdo o no.


 

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