El cambio que propone Julián Carrón

Julián Carrón, presidente de Comunión y Liberación.
Julián Carrón.

El recién reelegido Presidente Internacional de Comunión y Liberación, el sacerdote español Julián Carrón, ha tenido la agilidad de escribir un libro sobre las consecuencias personales, sociales y eclesiales de la pandemia del Coronavirus. Un libro entrevista con Alberto Savorana que tiene como título “El despertar de lo humano”.

Por cierto que el acierto radica, también, en que se puede descargar gratuitamente en la página web de Comunión y Liberación en España, en varios formatos.

La metodología de la Escuela de Comunidad, el medio habitual de formación de los miembros de este Movimiento, permite una comprensión dialogal de la experiencia cristiana tal y como se refleja en este libro.

Nos encontramos, una vez más, con una propuesta que nos permite acercarnos a una comprensión, en el sentido pleno, de la realidad de los que nos está atenazando, a la que tenemos que abrazar con el afecto del Resucitado. El problema no radica en la realidad, sino en esa otra plataforma desde la que nos acercamos a la realidad, nuestro yo.

Es cierto que Carrón utiliza un lenguaje característico del pensamiento de don Luigi Giussani. No podía ser de otra forma. De hecho una de las virtudes de este libro es que sintetiza el método de don Giussani para darnos cuenta del sentido de lo que ocurre, y para proponer una adecuada respuesta personal y comunitaria, desde esas categorías, que son humanas, que son filosóficas, y que son
teológicas.

Carrón lleva al lector de la mano, le atrapa confrontándolo con lo que pasa, sin subterfugios, sin escapes, no le deja al margen de la experiencia de los otros, le suscita preguntas que va respondiendo a medida que avanza en el libro.

De nuevo, la cuestión antropológica como sustrato de una ocupación y una preocupación que no debe pasar al segundo plano de la perspectiva eclesial. No nos equivoquemos, una vez más, con las cuestiones de doctrina social. Ahora emerge también, de forma trágica, la antropológica.

Julián Carrón hace lo propio de, y desde, la experiencia cristiana. Realidad, razón, verificación, experiencia, encuentro, el reconocimiento de Cristo, el testimonio, son categorías comunes que aquí se formulan en un sentido acorde, como si fuera una sinfonía. Testimonios estremecedores de personas que atraviesan el desierto de la enfermedad, que acompañan los últimos momentos de la vida, que dan su vida por sanar a los enfermos, que han perdido a sus seres queridos.

“Se ha dicho que saldremos de esta gran pandemia cambiados. Yo añado: saldremos cambiados, pero solo si empezamos a cambiar ahora”, afirma Carrón. Y una última nota curiosa. Tengo un día que conversar con Julián sobre su afirmación, página 18, en la que dice que Pilar Rahola es una “conocida intelectual de Barcelona”. Muy generoso Carrón con la Rahola. 

 
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