Tagle, el cardenal más joven y jovial de la Iglesia

Su particularidad, Luis Antonio Tagle es el cardenal más joven de la Iglesia católica. Un hombre de 55 años, proveniente de Filipinas, que trae la fuerza de la fe del mundo asiático. Recuerda a Karol Wojtyla, no sólo por su edad cuando fue elegido Papa sino por su natural carisma y capacidad de contagio con los jóvenes. Activo usuario de las redes sociales, se toma en serio la Nueva Evangelización promovida por Benedicto XVI. Su clave: volver a los orígenes.

De padres fervorosamente cristianos, la trayectoria del Cardenal Luis Antonio Tagle comienza cuando a los 3 años era capaz de rezar el Santo Rosario. Nació el 21 de Junio de 1957 en Manila y, primogénito de tres hermanos, realizó sus estudios primarios y secundarios en el colegio San Andrés de Parañaque. Al acabar su formación básica siente su llamada al sacerdocio e ingresa en el seminario San José de Manila para cursar los estudios Filosofía y luego terminar con Teología en la Universidad Ateneo de Manila. Fue ordenado sacerdote a los 25 años de edad, el 27 de febrero de 1982.

Labor académica

En la década de los ochenta el padre Luis Tagle dedica su vida al seminario. Primero enseña teología en el seminario de San Carlos y luego es nombrado rector del Seminario diocesano de Imus (1983-1985), donde había sido ordenado. Sus estudios teológicos fijaron la atención de muchos intelectuales, sobre todo desde que partió a Roma dejando el rectorado en 1985 hasta que dos años más tarde realiza su doctorado en la Universidad Católica de América. Allí en Washignton escribió su tesis sobre la "noción de colegialidad episcopal", obteniendo el premio summa cum laude por la Universidad Católica de América.

Desde el año 1997 al 2002 el padre Tagle se incorpora por decisión de Juan Pablo II a la Comisión Teológica Internacional bajo las directrices del entonces cardenal Joseph Ratzinger, hoy Papa Emérito.

Episcopado, cardenalato e intervención en el Sínodo

En el año 2001 Juan Pablo II le nombra como obispo de Imus consagrado el 22 de Diciembre. Diez años más tarde, en 2011 sería nombrado por Benedicto XVI como Arzobispo de Manila y, por tanto, cardenal primado. Manila es una de esas pocas capitales con mucha densidad de población, sobre todo por su área metropolitana en la que rondan aproximadamente los 20 millones de personas. De ese total, el 89% es católico, el 5% pertenece al Islam, el 3% es protestante y el hinduismo junto con el budismo conforma el 3%.

Ya en el año 2005, monseñor Tagle expuso en uno de los siete discursos del Sínodo de los Obispos la problemática de cubrir con normalidad el servicio sacerdotal de las iglesias de Manila: "El primer domingo después de mi ordenación como sacerdote, celebré nueve misas, y esto es lo normal en Manila". Una preocupación lógica y extensiva a toda la Iglesia, especialmente ante la carestía de clérigos que sufre la vieja Europa, aunque en Asia tenga más ver con la atención a una gran cantidad de población.

Volver a los orígenes

Tagle es de esos cardenales esperanzados en un mundo mejor porque se cree lo que predica. No sólo podemos verlo en su resplandeciente sonrisa sino en varias ocasiones refuerza esta idea, aunque parezca evidente, de volver a mirar constantemente la vida de Cristo. Un libro suyo verá a la luz en estos días de marzo por la editorial Emi ("Gente de Pascua. La comunidad cristiana, profecía de pascua"). Allí escribe esta idea: "El sentido de la comunidad, el estar atento al otro, la necesidad de dar testimonio sin miedo, la diversidad y el ejemplo de la Iglesia primitiva", son algunos de los elementos que enumera para renovar la Iglesia.

 

Quizás sea su experiencia con los más pobres en Filipinas a los que ha dedicado toda su pastoral de evangelización como lo muestran muchas de sus fotos en facebook, que su prédica del cristianismo la basa en el servicio a los demás; la expresión más clara del amor cristiano. En el sínodo de octubre de 2012, la intervención de Tagle decía lo siguiente: "La Iglesia debe aprender de Jesús la humildad. El poder y la fuerza del Señor se muestran en el anonadamiento del Hijo, en el amor que es crucificado pero salva realmente, porque se vacía de sí mismo por el bien de los demás".

Un espíritu valiente al enfrentar la realidad

Su sonrisa demuestra la esperanza viva de que Cristo puede reinar en los corazones de los hombres. El es un cardenal optimista confiando siempre en que la Iglesia posee la fórmula perfecta para la salvación de los hombres. En ese mismo sínodo hizo notar su réplica a los obispos que remarcaban tanto la mala situación de la Iglesia: "Recordad que si una persona enferma continua lamentándose de su enfermedad y recordándole a los demás que se encuentra mal, acaba sintiéndose aún peor. Lo mismo sirve para la Iglesia".

Así es Luis Antonio Tagle, un cardenal de 55 años que armoniza el saber, la experiencia pastoral, el uso de los nuevos medios de comunicación y la jovialidad cristiana que se plasman en su rostro filipino con rasgos chinos. Para muchos, el Karol Wojtyla de Oriente.

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