Raul Castro podría regresar a la Iglesia católica tras su encuentro con el Papa Francisco

Este domingo ha sido, sin duda, un día histórico en el Vaticano.

Raul Castro y Papa Francisco
Raul Castro y Papa Francisco


No sólo porque por primera vez el Papa Francisco ha encontrado personalmente al presidente cubano, Raúl Castro de 84 años en el Vaticano, ni porque han estado casi una hora juntos -en concreto 55 minutos en coloquio privado obviamente sin intérpretes más el intercambio de regalos-. Sino también por las declaraciones del mandatario cubano que han dado la vuelta al mundo.

Este domingo he estado desde temprano en el Vaticano con un grupo de periodistas para seguir lo más cerca posible esta esperada visita. El Papa ha llegado 10 minutos antes de lo previsto y el coche de Raúl ha llegado puntual acompañado por varios coches con personal de seguridad. 

Allí permaneció un poco más de una hora, y por este motivo, ha roto los récords de duración de las audiencias del Papa argentino con mandatarios de algún país. Permaneció más tiempo de la larga audiencia que concedió a Barack Obama.

La delegación cubana había llegado el sábado por la noche a Roma después de visitar Argelia y Rusia y por la tarde del domingo emprendieron el vuelo de regreso hacia la isla caribeña. Menos de 24 horas en Italia para visitar -en forma privada y en domingo- al Papa Francisco y para “agradecerle su rol en el proceso de restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos” y para expresarle “el afecto del pueblo cubano” que espera con su visita en el mes de septiembre.

Pero, estos dos motivos se han visto obscurecidos tras las sorprendentes declaraciones del hermano de Fidel en las que ha asegurado en rueda de prensa con el primer ministro, Matteo Renzi, que “lee los discursos” del Papa argentino y que “si continúa a hablar así, antes o después, comenzará a rezar nuevamente y regresará a la Iglesia católica” y ha recalcado que “no bromeaba”.

Frases de un gran orador, como son los hermanos Castro, pero que muestran el clima de cordialidad de la audiencia entre ambos y que abre un panorama de expectativas insospechadas. El presidente de un país comunista, en el que el partido comunista no admite a los creyentes, manifeste tan abiertamente su emoción por su encuentro con un Pontífice y que, incluso, abra la posibilidad de volver a la Iglesia católica ocasionaría un gran cambio en la vida eclesial de la isla.

Recientemente el cardenal Beniamino Stella, ex nuncio en Cuba y quien organizó la visita de Juan Pablo II en 1998, ha explicado en una entrevista el drama de los sacerdotes en la isla: la mayoría son extranjeros, el porcentaje de sacerdotes cubanos que abandonan su tierra es muy alto. 

Por otro lado, ha sido muy significativo el momento del intercambio de regalos. Uno con el cual el  Papa ha explicado al presidente cubano que regala la medalla de san Martin de Tours -en la que cubre a un mendigo con su manto- a los mandatarios para que recuerden la obligación de ayudar a los pobres y de promover la dignidad.

Otro en el que un pintor cubano le ha regalado al Pontífice un cuadro con una cruz formada por pateras y, delante de ella, una persona que reza arrodillada. Obra de arte que precisamente fue inspirada en la visita del Papa a Lampedusa y su compromiso con los refugiados.

 

Un dato interesante a notar es que entre los miembros de la delegación de Castro estuvieron presentes también su hijo Alejandro y uno de sus nietos.

Al finalizar esta histórica visita de Raúl Castro, el Papa Francisco se dirigía hacia la Casa de Santa Marta y le saludé desde el lugar de los periodistas, él se detuvo, se giró, nos saludó con alegría, nos impartió su bendición y después bromeó diciendo que se nos había arruinado este domingo. 

Twitter: @mercedesdelat


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